ComoYáñez, Mariano, Revueltas, Guzmán, Rulfo o García Márquez
LA VERDADERA HISTORIA, LA COMPROMETIDA, ESTÁ CONTADA POR ESCRITORES: ARTURO AZUELA
De la Redacción El Presidente Nacional del Seminario de Cultura Mexicana, escritor y académico Arturo Azuela, precisó en exclusiva entrevista; que dentro del siglo XX, muchas corrientes de intelectuales han sido parte de nuestro gran acerbo cultural, social y patrimonial; señalando a literatos como Martín Luis Guzmán, Agustín Yáñez, José Revueltas, Rulfo o García Márquez, entre muchos otros, quienes con sus sólidos conocimientos, pensares, escritos y ensayos inyectaron fuerza no sólo a las corrientes filosóficas, sino a la historia viva de México, pues “la comprometida, real y leal historia de nuestro país, fue contada por ellos”, aseveró Azuela, quien acaba de sumar a su larga trayectoria de novelista, el premio Cum-Laude de España, por su novela: “Desde Xaulín. Historia de la Ruta de Goya”.
Acerca de Agustín Yáñez, el Doctor Azuela, señaló, que este autor, se caracteriza por emplear conceptos muy avanzados en su trabajo literario, distintivo que para 1945 o 1950, resultaban realmente vanguardistas, no sólo para México, sino incluso para Latinoamérica y Europa. Agustín Yáñez, dijo, está influido por muchos escritores norteamericanos, europeos y latinoamericanos, pero sin desarraigar su propia voz, pues “Al filo del agua”, vibra con su propia encarnación filosófica.
Azuela, con una larga trayectoria también como funcionario de cultura, advirtió que los escritores que estaba nombrando, sostienen –incluso- posiciones personales y distintas a la de sus colegas. Mariano Azuela, por ejemplo, estudió medicina a fines del siglo XIX. Fue médico muchos años, hasta su muerte ocurrida en 1952. Martín Luis Guzmán, abogado y al mismo tiempo periodista, fue dueño de una vocación histórica realmente extraordinaria; porque sin asegurarse que sea el mejor novelista, sí fue en cambio el mejor, como historiador. Porque Yáñez, por ejemplo, parte del mundo religioso de los Altos de Jalisco, muy específicamente del pueblo de Yahualica, de donde está tomado prácticamente “Al filo del Agua”, poquito antes de la Revolución.
En Yáñez, por ejemplo, están los elementos freudianos, una ciencia que en su momento, es de la más avanzada. Y cuando leemos a José Revueltas, entendemos que es un comunista convencido desde su adolescencia. Un militante. Y que toda su obra está vinculada a los medios, a los entornos. Y que a este comunismo militante, con todas sus contradicciones, con todos sus antagonismos, es una obra donde la cárcel, y todo lo que significa el mundo carcelario, lo vamos a ver desde el primer libro hasta la última obra; y finalmente el de Juan Rulfo, quien trató de llevar estudios de filosofía y hasta de Derecho, pero que por frecuentes huelgas y otras contradicciones, no pudo efectuarlos. Rulfo, cabe mencionarlo, llevó una infancia muy infeliz en un orfanato de Jalisco; no obstante, nos entregó una obra realmente magistral.
FILOSOFIA Y LITERATURA
El escritor explica que Agustín Yáñez, por ejemplo, cumplió entreverados quehaceres y menesteres. Algunos admirados y otros polémicos. Fue abogado. Funcionario Público. Profesor de literatura. Gobernador de Jalisco. Secretario de Educación Pública .en tiempos muy difíciles –ni más ni menos que en 1968-. Fue también presidente nacional del Seminario de Cultura Mexicana. Director de la Academia de la Lengua. Pero entre un desafío y otro, entre un puesto y otro, entre una ciudad y otra –porque él va primero hacia la Costa de Mazatlán, regresa a Guadalajara y luego viene a la ciudad de México-; manejó una obra narrativa con temas muy variados y con los personajes más disímbolos. Pues ha sido de los pocos escritores mexicanos que sin olvidar los procedimientos clásicos se adentró con seguridad a la aventura vanguardistas y de renovación.
Azuela comentó que antes de “Al filo del Agua”, el autor escribió un libro sobre su infancia en Guadalajara: “Genio y Figura”. El libro se intitula “Flor de juegos antiguos”. También tuvo la pupila de historiador, pues sin llegar a esa tan especial de Martín Luis Guzmán, predicó a Justo Sierra en una importante obra. Trabajó también la biografía de José Joaquín Fernández de Lizardi, extraordinario escritor y fundador del Periódico El Pensador Mexicano y dejó póstuma una biografía de Antonio López de Santana. “Y, como les digo, las primeras de estas narraciones van como decantando, como perfeccionando sus anhelos, con un rigor artístico extraordinario. Es decir que todos estos escritores tuvieron su Trivium y su Quadrivium de una u otra manera, porque estudiaron música, lógica, astronomía, retórica, en fin, tuvieron una preparación fundamental de Seminario. No olvidemos que las universidades estaban entonces al principio de siglo. Hace 100 años.
EL COMPROMISO HISTÓRICO DE LOS ESCRITORES MEXICANOS
Y así Azuela se auto-preguntó: ¿Porqué “Al Filo del Agua”? Porque rompe con las novelas de la Revolución. Y éstas estaban muy firmemente tramadas. Tenían sus ejes cartesianos muy bien logrados. No así, con “Al filo del agua”, que representa en verdad un esfuerzo literario mucho más ambicioso, ya que posee técnicas novelísticas muy modernas, además de que de hecho, se trata de una novela realmente comprometida con la historia. “Porque digámoslo claro: Casi todos los escritores mexicanos, se han comprometido con su entorno histórico. De ahí que podemos decir sin temor a equivocarnos que si queremos entender el siglo XX mexicano, debemos de ir a todos estos grandes escritores. Porque claro que gozamos de muy buenos historiadores en el siglo XX; pero si ustedes van a Martínez del Río, Edmundo O’Gorman, Cosío Villegas, a quien quieran ustedes, casi todos ellos se refugian en el descubrimiento, la época colonial, o en los principios de la Independencia, pero no se comprometen con su tiempo”.
“En cambio los novelistas sí se han comprometido. Sí se comprometen con su presente, y esto es muy valioso. Recuerdo muy bien una discusión entre Gabriel García Márquez y José Revueltas. El primero le decía al segundo. Mira, si queremos escribir la gran novela mexicana, tenemos que ir a la vida de Fidel Velázquez, y Revueltas le contestó: “Mira, ya con lo que escribo me estoy jugando la vida. Y si tú quieres que me suicide, escribir de Fidel Velázquez me conduciría no a un calabozo sino al paredón. Por eso en su lugar yo hago historia desde el punto de vista Marxista-Leninista…
EL COMETA HALLEY Y “AL FILO DEL AGUA”
El Doctor Azuela, igualmente aseveró que “Al filo del Agua”, empezó con la aparición del cometa Halley, cuya visita parece subrayar que a muchos escritores juegan en sus literaturas con todo lo científico. “Amado Nervo, por ejemplo, Díaz Mirón o muchos escritores habían incursionado ya en el género científico en sus narrativas. Entonces, el cometa Halley es un personaje al iniciarse al Filo del Agua. Es lo que anuncia todo lo habido y por haber. Es la fascinación por la ignota luz y se van dando aquí y allá sin sentido didáctico, algunos antecedentes de historia decimonónica desde las guerrillas de los tiempos de la Independencia. Y el Cometa, este Cometa, junto con Venus, dice que los mortales podemos admirar bellísimos juegos de luces, que ninguna pirotecnia sueña realizar.
Entonces, antes de precisar la importancia del lenguaje y las características de algunos de esos personajes, Yáñez se preocupa por ese rescate histórico de los escenarios y seguirá. En su obra, es un observador de ritos religiosos y ahí están otras novelas como la que proviene de un poema de López Velarde; también Las tierras flacas, La tierra pródiga, Las vueltas del tiempo, que él la concibió como su obra maestra, basada en la muerte de Calles ahí en la avenida Jalisco, que hoy se llama Álvaro Obregón. Entonces Agustín Yáñez es un experto en la combinación del lenguaje culto y el popular. Él, por ejemplo, toma muchísimos elementos religiosos como sermones, homilías, estudios de evangelio –que sé yo-, pero al mismo tiempo los vincula con elementos populares. Se ha dicho con razón y ya lo comenté, que en todo este entramado lingüístico de Yáñez, aparece la psicología freudiana. En los perfiles, en la interioridad y en la confrontación de sus personajes.
LOS PERSONAJES FEMENINOS DE YAÑEZ
Ahí vemos los vínculos entre la madre y el hijo, entre hermanos. La dependencia que hay entre diversos personajes desde la niñez y los femeninos, son realmente espléndidos. De hecho todos estos escritores –quiten ustedes a Martín Luis Guzmán-, quizás sería el único, pero son escritores que dan una formación muy vinculada a la presencia de la mujer desde la infancia, y Yáñez, en ese sentido, se nos presenta como un renovador y tuvo la capacidad de salir de lo particular, de lo íntimo, de lo común y corriente a una identificación general con la condición humana. Con temas y técnica universales, analiza el pasado más propio, enriquece el lenguaje en los entornos históricos, está cargado como dije de símbolos religiosos, entre los surcos de Cristo y del anticristo, que ubica al hombre como dominador de la naturaleza, de la máquina y de sí mismo. Entonces Agustín Yáñez rompe ahí absolutamente, con los marcos de referencia y entrega una obra de proyección universal.
Y al mencionar nuevamente a Agustín Yáñez, el escritor especificó que murió en 1980. Nació en 1904 y tenía 75 o 76 al fallecer. En cuanto a Mariano Azuela, él está educado en la escuela Darwinista. Y en Guadalajara, como médico, estudió ya el origen de las especies. Aquellas ediciones que llegaban a México en francés. El leía muchísimo el francés. Entonces recibió la influencia darwinista profundamente convencido. Pero no se quedó ahí, porque él estuvo muy al tanto de la revolución científica de principios del siglo XX. Así que su posición era muy clara. Así como Agustín Yáñez tiene esos elementos freudianos y esa provocación por el personaje femenino, Mariano Azuela nos va dando una obra muy, muy redonda. Es decir, no complicada desde el punto de vista lingüístico, sino como un fundador del lenguaje popular que se topó con la incomprensión de la Academia de la Lengua. Pues ésta, no comprendió bien a bien, que lo que Mariano Azuela hacía era registrar las voces comunales y llevarlas a sus libros.
MARIANO ESCRIBIÓ AL CALOR DEL COMBATE
Los de abajo, que es una novela escrita al calor del combate entre 19l4 y 1915, -después de cuatro o cinco de este género-, reúne en su contenido una descripción del ambiente histórico y donde el ambiente popular resulta de lo más valioso. Y en fin, sus modelos iniciales de estudiante de medicina en Guadalajara, franceses y mexicanos de Europa y América, en palabras de Xavier Villaurrutia, gran admirador de Azuela, no lo apartan de estos designios. Así Villaurrutia dice: Mariano Azuela asiste a la vida o al momento de la vida que ha escogido, como una representación teatral cuyos personajes no son algo acabado, si no que vive ante nosotros improvisándose. Su material es la memoria, sus personajes instalados en el pasado, en el olvido, despiertan cuando la memoria del que narra los toca con su virtud y su búsqueda de un lenguaje cada vez más real”.
Entonces –explica el Presidente del Seminario de Cultura Mexicana-, él no se olvida de la memoria del historiador, pero él también construye estructuras narrativas. De ahí precisamente que sea mejor novelista que Martín Luis Guzmán. Martín Guzmán va a ser mucho mejor historiador sin lugar a dudas, pero el que construye estructuras novelísticas y que nos da muchas novedades en este sentido, es sin lugar a dudas Mariano Azuela. No estoy diciendo nada nuevo ya que estas afirmaciones provienen de muchos estudiosos y de muchos críticos. Y se ha discutido esto mucho, porque él tuvo la oportunidad de abrir su escritura al calor de la Revolución. Contando en 1913, con 40 años de edad y dejando a su mujer y a sus hijos en Lagos de Moreno. Entre ellos a mi señor padre, quien siempre se quejó de la huida de Mariano Azuela, aunque luego reconoció la importancia de aquella huida hacia la División del Norte, experiencia que desemboca en la obra que le ha dado la vuelta al mundo: “Los de abajo”.
MARIANO LUCHÓ VS EL SIDA
Por lo tanto, existe el perfeccionismo en la obra de Mariano Azuela, pero en una obra donde hay, digamos una especie de estructuras cartesianas muy bien logradas, y que superan totalmente a un escritor como Agustín Yáñez. Entonces, los hechos, los personajes, los lugares que se van viendo en las obras de las novelas de Mariano Azuela, no pretenden una explicación histórica, aunque es tanta la fuerza que nos entrega el novelista que nosotros mismos, sus lectores, la encontramos sin necesidad de meternos en muchas dificultades. Así, entonces, Mariano Azuela nunca olvidó que los personajes de la novela viven construyéndose y destruyéndose, afirmándose y negándose ante nuestros ojos. Y es que el novelista no tiene que nombrar más guía que su instinto, ni más límite que su experiencia. Y así vamos viendo sus personajes. Resultando muy curiosa, también, la presencia del médico. El médico está presente en toda la obra de Mariano Azuela. Hay palabras como tuberculoso, neurótico, loco, cretino, maniático, cogitranco, estranbico, estafuloso, borracho o alcohólico empedernido, y muchos otros adjetivos más, que a nadie nos deja dudas profesionales, además de que también fue médico de enfermedades venéreas.
Y es que después de pasar por la Revolución como médico general, como médico de tropa, se refugia en México después de ésta, y se hace ni más ni menos que especialista en enfermedades venéreas como la sífilis y evidentemente también el SIDA. Y bueno, no creo que tenga que explicar más aspectos. Porque esta segunda parte de su obra es fundamentalmente urbana, pero recorre los mismos procedimientos de la primera parte que es rodar, luego el campo, la huida hacia el norte y desde luego también la lucha del abuso de la autoridad. Y así escribió muchas otras novelas. Las biográficas. Una por ejemplo fue sobre Pedro Moreno. El héroe de Lagos de Moreno. A Agustín Rivera, a Madero, a Francisco Villa, que no logró terminarlas del todo pero las dejó y se publicaron inconclusas. Entonces era un escritor severo y clásico, anticlerical, hijo de cristianos, enemigo de sectas, liberal individualistas y describe la vida mexicana a lo largo de medio siglo, y como ya lo dije, desde un punto de vista darwinista.
A través de lo que escribe –aseveró un crítico de la época el famoso Bate Mendoza-; Mariano Azuela ve a México, tira por tabla y una especie de registro civil aparece en su obra y así va a llegar a 10 o 15 novelas al final de su vida: Las tribulaciones de una familia decente, Nueva burguesía, Regina Lara, y otras, además de dos novelas póstumas y muchos fragmentos también que se publicaron en las obras completas. Por cierto que yo me encontré con unos hermosísimos que se llaman Registro y en éste en el que el autor aparece de 26, 28, 30 y 32 años –casado ya-, había un registro de prostitutas realmente excepcional. Y bueno, si yo fuera el albacea de él, ahora mismo pediría que se hiciera una introducción, un mapa muy cuidadoso de la Guadalajara de aquellos años y sacar un libro increíblemente hermoso.
VALIOSA DONACION
Porque éste no es un libro de ningún precoz. Es el libro de un hombre que está viviendo intensamente los detonares como estudiante de medicina y luego como médico. En esa Guadalajara –que tanto quiso- yo tengo muchos libros de él, de Mariano Azuela, que me dejó un tío con carácter digamos de préstamo: “Te los presto y cuídalos bien”. Y resulta que ese tío murió. Entonces yo pienso en dar una parte de estos libros a la Biblioteca Nacional de nuestra UNAM y por otra parte, darla a la Universidad de Guadalajara. Y bueno, lo que he tratado esta tarde, es que ustedes se den cuenta de la importancia que en materia de elementos filosóficos tiene la obra de Mariano Azuela. Elementos que van desde lo anticlerical, pasando por el aspecto darwinista y que todo ello está encaminado a discutir el verdadero concepto de libertad de un ser humano, dentro de su propia realidad circundante.
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