EN “ROMPEOLAS”, SÉPTIMO LIBRO DE LAURA FERNÁNDEZ-MacGREGOR MAZA, SE SUBRAYA EL ORGASMO, COMO EXIMIO REGALO DE DIOS, A LA HUMANIDAD
Ana María Longi
Reportera de El Corredor Informativo
Reportera de El Corredor Informativo
Editor: Juan Carlos Martínez
Fotografìa por: Fernando SwainLaura Fernández-MacGregor Maza, la reconocida poeta del lenguaje exacto, valiente y claro; logró una vez más con “Rompeolas” –su séptima y más reciente obra poética-; abordar el difícil tema de la pasión y el erotismo femeninos, mediante una presentación que contó con las presencias de escritores como Justo Molachino, Eduardo Luis Feher, Andrea Montiel y el Doctor Jorge Prado; y de un público, que al ocupar en su totalidad el Club de Industriales, del hotel Marriot, de Polanco; se emocionó y aclamó a la autora.
Laura, educadora, ávida lectora, apasionada coleccionista de arte, cuentista, escritora de comedias y de otras muchas dinámicas literarias; sonrojó a hipócritas, cuando en la página 125 de su libro, advirtió: “No acepto culpa en la cópula. Sólo Dios pudo crear una sensación tan eximia para regalar a la humanidad. El orgasmo. Su expresión excelsa, es clara muestra de Su Mano divina. Al gozarlo, ¡exaltamos su gloria!
Así, Laura, se vio rodeada de lectores enterados de su gran labor como empresaria y humanista dedicada a Educación y Cultura; y, que como socia fundadora del museo “Chincolo”, incentiva la formación de conciencia ecológica en los niños. Además de que “Chincolo”, su primer cuento, fue distribuido con 5 mil ejemplares en Cuernavaca.
“Rompeolas”, entonces, se señaló, es su séptimo libro de poesía, publicado en México, además de tres libros en el extranjero traducidos al italiano, francés y catalán. Por todas estas razones, la Maestra Laura, se desenvuelve como una escritora versátil que pronto nos deleitará con una comedia musical titulada “El mundo dorado del hombre casado”. Y por todo ello, está incluida en el Diccionario de Escritores Mexicanos, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Y ES Miembro de Número, de la Academia de Literatura del Instituto Mexicano de Cultura.
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Laura, educadora, ávida lectora, apasionada coleccionista de arte, cuentista, escritora de comedias y de otras muchas dinámicas literarias; sonrojó a hipócritas, cuando en la página 125 de su libro, advirtió: “No acepto culpa en la cópula. Sólo Dios pudo crear una sensación tan eximia para regalar a la humanidad. El orgasmo. Su expresión excelsa, es clara muestra de Su Mano divina. Al gozarlo, ¡exaltamos su gloria!
Así, Laura, se vio rodeada de lectores enterados de su gran labor como empresaria y humanista dedicada a Educación y Cultura; y, que como socia fundadora del museo “Chincolo”, incentiva la formación de conciencia ecológica en los niños. Además de que “Chincolo”, su primer cuento, fue distribuido con 5 mil ejemplares en Cuernavaca.
“Rompeolas”, entonces, se señaló, es su séptimo libro de poesía, publicado en México, además de tres libros en el extranjero traducidos al italiano, francés y catalán. Por todas estas razones, la Maestra Laura, se desenvuelve como una escritora versátil que pronto nos deleitará con una comedia musical titulada “El mundo dorado del hombre casado”. Y por todo ello, está incluida en el Diccionario de Escritores Mexicanos, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Y ES Miembro de Número, de la Academia de Literatura del Instituto Mexicano de Cultura.
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Desde altitudes geográficas como Francia, Barcelona, Buenos Aires y México, abundaron los comentarios de escritores y literatos: Nicole Kovalivker, señaló que “Laura, con un velo metafórico muy transparente, hace uso de su libertad para describir sus experiencias sensuales y de placer. Sus versos de mujer son tan heroicos como eróticos”. Roberto Alifano: “De manera comprometida y con una suerte de realismo alucinatorio, expone en Rompeolas los temas esenciales de la existencia. Este libro es importante por su precisión y su fervor; por la delicada pasión que emana de cada verso; por el alma gallarda y lúcida que revelan sus páginas”. Rubén García Cebollero: “Como el latido del mar que embiste el rompeolas, la voz de la poeta ilumina el contorno de los sentidos, la fuerza de la experiencia, la razón del deseo con el ritmo interior del relámpago preciso, la meditada claridad y el aliento del asombro”.
J. A. Arcediano: “Libre y ponderada, rebelde y complaciente, la palabra de Laura y más que nunca en “Rompeolas”-, se hace paradoja dialéctica y se resuelve –“carne y razón”-, en la espiritualidad de una voz auténtica que brota desde lo más hondo”. Eduardo Luis Feher: “Rompeolas? Léelo; así verás la diferencia entre una caricia y un latigazo. Sólo Laura Fernández-MacGregor Maza puede, con su talento indiscutible, mostrártelo”. Justo Molachino, al hablar de la importante trayectoria de Laura, dijo de ella que “su manifestación poética, alcanza registros sorprendentes en un lenguaje cautivador que se desliza desde lo aterciopelado hasta la prueba de la pasión más intensa o el reclamo iracundo donde el erotismo tiene un espacio preponderante. Hizo referencia también el escritor y editor, que el erotismo “es un género fundamental en la literatura, difícil de manejar, por lo espinoso, empero en el que Laura sale airosa por la calidad con que lo trata. Un reto, explicó que para otros por su falta de talento es denostado. Lo difícil de lo fácil, resuelto por nuestra autora –enfatizó el intelectual-, por su conocimiento del tema, al que le impregna su fina sensibilidad enalteciéndolo a cabalmente”, aseveró el reconocido escritor, editor y crítico literario”.
Luego de que la escritora agradeció muy emotivamente, las colaboraciones de Eduardo Luis Feher, Mentor Singular; José Luis Serrano, director artístico, Samuel Barragán, diseñador; Gregorio González, ilustrador cuyos dibujos aparecen en todas las páginas del exitoso libro; Roberto Arias y, desde luego, a sus queridos amigos el escritor, poeta y editor Justo Molachino, y a la talentosa escritora Andrea Montiel, quien exaltó para la autora importantes, positivos y muy refinados subrayados críticos sobre su obra.
Y mientras Edy Corona con sus teclados, interpretaba la mejor música ambiental, Eduardo Luis Feher, escribió para “Rompeolas”, a manera de prólogo, que el libro, “tiene una curiosa particularidad: no sólo se lee, sino que también se escucha…sí, se escucha en cierto rumor de mar rompiendo en los acantilados o bien cubriendo las finas playas de la imaginación de esta exitosa poeta que lo es Laura Fernández MacGregor Maza.
“El amor es el aire que sostiene la vida”, señala, filosófica, Laura, llevándonos consigo a su propio mundo del que no deja de pensar y evaluar…pero siempre, como la Caja de Pandora, nos deja el sabor de la esperanza que por supuesto, muere al último. Y es que, bien visto, la poesía de Laura es un requisitoria a la vida, una constante medición del tiempo, un buscar el rostro de su historia que al final también es nuestra propia historia.
“En el laberinto de la vida –subrayó finalmente Feher--, la poesía nos transporta en sus alas a otros mundos diferentes, donde la razón cede ante la emoción y los sentimientos más amadrigados brotan como lava caliente de un volcán en plena erupción. Eso nos produce, sin duda la expresión poética de nuestra ilustre autora: “Añoro –dice- asomarme al barandal/ Para sentir la vida/ Que me brinda su caudal/ Al no poderlo contemplar/ Me inunda el frío/
Lectura de introspección, Rompeolas nos ofrece un espejo en el que tarde o temprano todos los seres humaos nos veremos…al fin y al cabo la vida misma es un juego de espejos cóncavos y convexos de los que no podemos huir sino a cambio de jugarnos la existencia. “Soy libre –dice Laura-/ No tengo necesidad de asirme a un árbol para florecer”/. Canto a la libertad, Rompeolas es un libro iconoclasta, destructor de mitos, religiosamente anti religioso en el sentido paradójicamente laico de la palabra. Laura se confiesa: “Te imploro que recibas/ Los rezos de un agnóstico/ Sin remitente exacto y/ Nula dirección/ Piden por tu alivio/ Sólo por si acaso/ Esté equivocado/ Y exista Dios”. Laura es, sin duda, amigos, una de las pocas poetas que tiene el privilegio de hablarse de tu con Eros…y este último siempre acude a su llamado
Ante tal manifestación de talento poético filosófico depositado en este espléndido libro que es Rompeolas, habría que contestarle con algunos de los títulos de sus propios poemas lo siguiente: Como el Pegaso/ Libre/ Los cuatro jinetes de tus fantasmas/ Abordan el tren rumbo al Nirvana/ Sin lugar ni tiempo/ Oteando el paraíso terrenal/ Buscando las revelaciones de humo/ De la soledad/ Más allá de las palabras/ En retrovisión de vuelo/ Encontrando amores distintos/ En el acertijo de tu rompeolas/ Entre la Gloria y el grito/ De tu obstinación poética…/. Ya lo señalé en una parte de mi prólogo: Leer Rompeolas es ve la diferencia entre una caricia y un latigazo… ¡A ver quién se atreve! Asestó Eduardo Luis Feher, ante un público muy aplaudidor y satisfecho, con panelistas como Justo Molachino, Andrea Montiel, el Doctor Jorge Prado, y el selecto grupo de editores y artistas ya mencionados.
J. A. Arcediano: “Libre y ponderada, rebelde y complaciente, la palabra de Laura y más que nunca en “Rompeolas”-, se hace paradoja dialéctica y se resuelve –“carne y razón”-, en la espiritualidad de una voz auténtica que brota desde lo más hondo”. Eduardo Luis Feher: “Rompeolas? Léelo; así verás la diferencia entre una caricia y un latigazo. Sólo Laura Fernández-MacGregor Maza puede, con su talento indiscutible, mostrártelo”. Justo Molachino, al hablar de la importante trayectoria de Laura, dijo de ella que “su manifestación poética, alcanza registros sorprendentes en un lenguaje cautivador que se desliza desde lo aterciopelado hasta la prueba de la pasión más intensa o el reclamo iracundo donde el erotismo tiene un espacio preponderante. Hizo referencia también el escritor y editor, que el erotismo “es un género fundamental en la literatura, difícil de manejar, por lo espinoso, empero en el que Laura sale airosa por la calidad con que lo trata. Un reto, explicó que para otros por su falta de talento es denostado. Lo difícil de lo fácil, resuelto por nuestra autora –enfatizó el intelectual-, por su conocimiento del tema, al que le impregna su fina sensibilidad enalteciéndolo a cabalmente”, aseveró el reconocido escritor, editor y crítico literario”.
Luego de que la escritora agradeció muy emotivamente, las colaboraciones de Eduardo Luis Feher, Mentor Singular; José Luis Serrano, director artístico, Samuel Barragán, diseñador; Gregorio González, ilustrador cuyos dibujos aparecen en todas las páginas del exitoso libro; Roberto Arias y, desde luego, a sus queridos amigos el escritor, poeta y editor Justo Molachino, y a la talentosa escritora Andrea Montiel, quien exaltó para la autora importantes, positivos y muy refinados subrayados críticos sobre su obra.
Y mientras Edy Corona con sus teclados, interpretaba la mejor música ambiental, Eduardo Luis Feher, escribió para “Rompeolas”, a manera de prólogo, que el libro, “tiene una curiosa particularidad: no sólo se lee, sino que también se escucha…sí, se escucha en cierto rumor de mar rompiendo en los acantilados o bien cubriendo las finas playas de la imaginación de esta exitosa poeta que lo es Laura Fernández MacGregor Maza.
“El amor es el aire que sostiene la vida”, señala, filosófica, Laura, llevándonos consigo a su propio mundo del que no deja de pensar y evaluar…pero siempre, como la Caja de Pandora, nos deja el sabor de la esperanza que por supuesto, muere al último. Y es que, bien visto, la poesía de Laura es un requisitoria a la vida, una constante medición del tiempo, un buscar el rostro de su historia que al final también es nuestra propia historia.
“En el laberinto de la vida –subrayó finalmente Feher--, la poesía nos transporta en sus alas a otros mundos diferentes, donde la razón cede ante la emoción y los sentimientos más amadrigados brotan como lava caliente de un volcán en plena erupción. Eso nos produce, sin duda la expresión poética de nuestra ilustre autora: “Añoro –dice- asomarme al barandal/ Para sentir la vida/ Que me brinda su caudal/ Al no poderlo contemplar/ Me inunda el frío/
Lectura de introspección, Rompeolas nos ofrece un espejo en el que tarde o temprano todos los seres humaos nos veremos…al fin y al cabo la vida misma es un juego de espejos cóncavos y convexos de los que no podemos huir sino a cambio de jugarnos la existencia. “Soy libre –dice Laura-/ No tengo necesidad de asirme a un árbol para florecer”/. Canto a la libertad, Rompeolas es un libro iconoclasta, destructor de mitos, religiosamente anti religioso en el sentido paradójicamente laico de la palabra. Laura se confiesa: “Te imploro que recibas/ Los rezos de un agnóstico/ Sin remitente exacto y/ Nula dirección/ Piden por tu alivio/ Sólo por si acaso/ Esté equivocado/ Y exista Dios”. Laura es, sin duda, amigos, una de las pocas poetas que tiene el privilegio de hablarse de tu con Eros…y este último siempre acude a su llamado
Ante tal manifestación de talento poético filosófico depositado en este espléndido libro que es Rompeolas, habría que contestarle con algunos de los títulos de sus propios poemas lo siguiente: Como el Pegaso/ Libre/ Los cuatro jinetes de tus fantasmas/ Abordan el tren rumbo al Nirvana/ Sin lugar ni tiempo/ Oteando el paraíso terrenal/ Buscando las revelaciones de humo/ De la soledad/ Más allá de las palabras/ En retrovisión de vuelo/ Encontrando amores distintos/ En el acertijo de tu rompeolas/ Entre la Gloria y el grito/ De tu obstinación poética…/. Ya lo señalé en una parte de mi prólogo: Leer Rompeolas es ve la diferencia entre una caricia y un latigazo… ¡A ver quién se atreve! Asestó Eduardo Luis Feher, ante un público muy aplaudidor y satisfecho, con panelistas como Justo Molachino, Andrea Montiel, el Doctor Jorge Prado, y el selecto grupo de editores y artistas ya mencionados.
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