PRETENDO RESCATAR CON MI PINTURA, LA PRIMIGENIA REALIDAD CIRCUNDANTE CON LA QUE FUIMOS PRIVILEGIADOS: ASEVERÓ CÉSAR MANCERA, SELECTO PARTICIPANTE EN LA COLECTIVA DEL MUSEO DE ARTE TRIDIMENSIONAL DE AZCAPOTZALCO
Agencia Periodística Internacional.- Fusionar en una sola fuerza creativa, los conceptos del arte pictórico, la poesía y los valores ecológicos más profundos de la Naturaleza, está colocando a César Mancera, en el estatus de artistas universales de alto nivel, de los siglos XX y XXI; conformados y reconocidos culturalmente en ambientes artísticos latinoamericanos. Y todo esto se debe, a que el Maestro Mancera, lo mismo expone en galerías y museos de la República Mexicana, como está ocurriendo en este momento con su obra acogida en la Colectiva del Museo de Arte Tridimensional de Azcapotzalco; que en grandes hotelerías y espacios públicos tan sui géneris como lo es sin duda, la Unión de Emiratos Ärabes ó, el Museo de Louvre, en París, donde el pintor se encuentra registrado dentro de la logística que reúne frecuentemente a expositores invitados.
Y es que la obra de César Mancera, defiende desde hace más de dos décadas, “la primigenia realidad circundante con la que hemos sido amorosamente privilegiados”. Y la frase, aunque sintética, no dejó de revelar mediante exclusiva entrevista, que lo que al artista le preocupa, es la manera tan lamentable como estamos sustituyendo a la Naturaleza. “Con herramientas falsas, enfermas, endebles, vulnerables, incongruentes, vanidosas y hasta absurdas”, señala el autor de cuadros tan famosos como “Mujer Universal”, en donde una figura femenina es conectada en forma mágica a los esplendores de la inmensa diversidad cosmológica.
En algunas ocasiones --continua relatando el artista--, he visto en el mercado, naranjas de cosechas comunes, transformadas en bellezas de supermercado, sólo porque a los comerciantes se les ocurrió inyectarlas no sólo para encarecerlas y hacerlas más atractivas a la vista, sino para que liberen un apetitoso aroma a ¡naranja!. Los floricultores, hacen algo similar con las rosas y los claveles; mientras que los parques y camellones, son adornados con árboles enclenques a los que los jardineros les cortan una especie de arteria arborescente para que no crezcan, dando como resultado, que nuestros verdes hermanos, crecen débiles, con escasos, opacos y grises enramados; e incapacitados además, para acoger en toda su estructura a los pájaros, mariposas, o gusanitos por lo menos.
¿Y de qué manera equilibra usted estos atentados a la naturaleza en su obra?
César Mancera, explica algo por demás sorprendente. ¡Saliéndome de la Ciudad! Para poner un ejemplo, hace muy poco visité Veracruz. Y me sentí muy feliz, al recuperar aunque sea por unos días, la normalidad de la vida. El Mar, me entregó un regalo de paz y amor con el ritmo de su oleaje. La deliciosa brisa marina, me invitó cordialmente a aspirarla. ¿Qué podía impedírmelo? Simplemente abrí la boca y me la comí con el estómago y los pulmones. ¿Y qué más podría agregar? Que de inmediato sentí un alivio profundo y mágico Así que empecé a pintar todas esas amalgamas de vida: Los colores de todo lo que me estaba rodeando en ese momento: agua, cielo, nubes, rayos ultravioleta, frutos, flores, arena, vibraciones, energía, magnetismo. De una vida que se me echó encima en forma de azules, verdes, rojos, amarillos, lilas, dorados y de todo lo que en conjunto se reune con la llegada del atardecer.
AMO TODO LO NATURAL EN LAS MUJERES
César Mancera, dijo también, porqué resulta muy importante, que todas las mujeres defendieran la naturalidad y autenticidad que les ha legado la Naturaleza. “Porque lo que está ocurriendo y es muy lamentable, es que nuestras maravillosas mujeres están ingresando igualmente a las modas de lo irreal, lo destructivo y lo falso. Nadie ignora el enriquecimiento comercial que se está logrando con las prótesis de agrandamiento de senos y glúteos; las tinturas para el cabello utilizadas de manera excesiva; o lo que es peor, la aplicación imparable de tatuajes definitivos. Esto también me hace viajar frecuentemente a los lugares de mar y naturaleza. Ya que me resultan fascinante, los cuerpos fuertes, saludables y ondulantes de las mujeres sureñas, cubiertos con breves ropajes con los que dejan al descubierto la tersura de su piel, sus hermosos rostros y las formas completas de sus muslos y pantorrillas. Hasta ellas, no ha llegado aún ese comercio cosmético avasallante y por eso mis pinceles se dan vuelo capturando estas imágenes adorables.
De manera explícita, César explica que con su pintura “pretendo rescatar la primigenia realidad con la que fuimos privilegiado. Simplemente, no quiero cambiar a nuestro Creador su regalo. Quiero respetar todo, tal y cual, como Nuestro Padre tan poéticamente lo concibió. Pues a Él, me atrevo a definirlo simplemente, como el Poeta Supremo de la Creación. Esa Poesía que Dios concibió mucho antes de todo antes. Y que al entregárnoslo nos dio al mismo tiempo su más esplendoroso Acto Supremo de Amor. Por eso quiero respetar para siempre su Creación. Y tratar de comprender la vida, el amor, las formas y los colores que nos entregó en la Naturaleza. Su Naturaleza. Nuestra Naturaleza.
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