CLAUDIA NIERMAN Y SU PECULIAR COSTUMBRE DE
ELABORAR ARTES PLÁSTICAS CON SUS CÁMARAS FOTOGRÁFICAS; EXPONDRÁ EL MIÉRCOLES 22
DE AGOSTO DE 2012, EN LA GALERÍA NACIONAL
DEL CENTRO MÉDICO SIGLO XXI, DEL INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL, DE ESTA
CIUDAD DE MÉXICO
Por Ana María Longi, reportera de guardia de
El Corredor Informativo.
México, D.F., Las fotografías artísticas de Claudia
Nierman, son insoportablemente fascinantes”. Vaya frase. Y no lo digo yo, sino
David Haucke, el crítico de arte irlandés, quien habla muy poco con la prensa
para “no comprometer opiniones ni palabras”; empero que no pudo evitar exclamar
la frase anterior para una fotógrafa que como Claudia, agradeció sorprendida la
sinceridad del parco pero igualmente respetado analista cinematográfico y de
artes visuales. Y ahora su obra, será expuesta mañana miércoles 22 de agosto de
2012, a
partir de las 19:00 horas, en la galería central y nacional del Centro Médico
Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social, de esta Ciudad de México.
No obstante, al ver las más recientes
creaciones fotográficas de Claudia, en las cuales vuelve de nueva cuenta a
elaborar artes plásticas a base de cámaras fotográficas y no con pinceles, con
suele acostumbrarse; sentí también el antojo de romper mi timidez.
Y no sólo, claro está, desde mi muy modesto espacio de periodista preguntona,
sino dentro de esa natural estatura que todos practicamos de alguna manera y
que es la de simple observadora de sus imágenes o composiciones visuales.
Así que intentaré explicarme. Claudia vive en uno de los mundos creativos más complicados de nuestro Sistema Solar. Y cuando la veo trabajar concentradamente en su estudio, lo primero que salta a la vista es su ya muy maduro recorrido creativo por los senderos del blanco y negro fotográfico. Y entre salto y salto, resulta muy interesante también, las elaboraciones que a ritmo lento, seguro y muy cerebral, nos obsequia de repente, con coloridos lenguajes.
Así que intentaré explicarme. Claudia vive en uno de los mundos creativos más complicados de nuestro Sistema Solar. Y cuando la veo trabajar concentradamente en su estudio, lo primero que salta a la vista es su ya muy maduro recorrido creativo por los senderos del blanco y negro fotográfico. Y entre salto y salto, resulta muy interesante también, las elaboraciones que a ritmo lento, seguro y muy cerebral, nos obsequia de repente, con coloridos lenguajes.
Y justamente por esa acuciosidad con la que
Claudia se lanza al mundo del clicteo, el bordado, los juegos compositivos, las
luces, las oscuridades, y las calculadas sensibilidades imaginarias de formas y
colores de sus cuadrantes, es como la causa ha desembocado con toda lógica
hacia el efecto. Pues el resultado estriba en que sus atmósferas ofrecen una
teatralidad exacta y perfecta. Porque si sus públicos eligen sus exposiciones
de modelos femeninos y masculinos, mismos que son casi siempre transportados a
una silenciosa y erótica semioscuridad; serán también arrancados de su
complicada intimidad, cuando Claudia resuelva que ha llegado el momento de
aplicar su apenas perceptible ¡clic!, producido con algunas de sus muy
especiales y tecnológicas cámaras
fotográficas.
Pero, ¡ah caray! Antes de que ese ¡clic! Se
produzca, ocurrirán, igualmente, muchísimos detalles ---muy a la Claudia Nierman---,
de carácter preparatorio. Entre ellas la creación --tan personal como caprichosa---, de una
especie de guión cinematográfico saturado de iluminaciones compositivas que a
manera de histriones, son dispuestas por la artista no sólo en cielos rasos,
muros y piso, sino incluso en los propios tobillos y cinturas de sus actores;
ya que un baño de luz demasiado aventurado sobre la suave, espigada, desnuda y
delicada espalda de la dama enamorada; permitirá tan sólo mostrar su larga y
bruna cabellera.
LAS MEZCLAS
Otras veces, las misteriosas mezclas de
Claudia, resolverán admirablemente, la plenitud de un íntimo instante de pasión
solitaria en la vida de una mujer, colocada por la autora en el simple espacio
de una fotografía y, en la que la protagonista, no mostrará más ornamento que
el de un velo que cubrirá su desnudez a
manera de incomprensible telaraña, y del cual la figura femenina luchará por
liberarse. Un cuadro famoso de Claudia, es sin duda, la escalera que aparece en
la espalda de una modelo desnuda, y que tal pareciera, que la misma, suple la
espina dorsal de la misma. Pero claro, ¿qué más se puede esperar de la
imaginación de una dama que como Claudia está acostumbrada a elaborar artes
plásticas con la cámara fotográfica? ¡O de una obra que hasta ha servido de
inspiración y protesta feminista a un grupo de mujeres mixes, que se mostraron
hartas de que sus maridos se gastaran “toda la raya” en la cantina?
Más todo esto, claro está, no es todo. Claudia
ha revestido libros de filosofía con su arte fotográfico; diseñado tratados
literarios o sociológicos sobre pinturas y escultura de artistas tan famosos
como su señor padre, el Maestro Leonardo Nierman, por ejemplo; pero lo mejor,
de lo mejor, es que ha logrado jugar con las imágenes y con la imaginación con
una entrega extraordinaria, cuando abre espacios creativos por muchísimas
altitudes geográficas con sólo transportarse con unas cuantas prendas para
vestir y acompañada de varias de sus inseparables tecnologías clicteras.
De esta manera, Claudia devora lo mismo a las llamadas Maravillas de la Humanidad, que por decir algo, ventanales góticos, milenarias escrituras, chorros de agua, flores silvestres, cafeterías al aire libre, paisajes rupestres, aguas venecianas, casas o estatuas, que más tarde entre complicadas madejas digitales, electrónicas, tecnológicas e invenciones inimaginables, Claudia empezará a elaborar sus famosas mezclas ---sean en blanco y negro o en color---, que ya no han parado de dar la vuelta al mundo por todas las galerías y museos imaginables.
De esta manera, Claudia devora lo mismo a las llamadas Maravillas de la Humanidad, que por decir algo, ventanales góticos, milenarias escrituras, chorros de agua, flores silvestres, cafeterías al aire libre, paisajes rupestres, aguas venecianas, casas o estatuas, que más tarde entre complicadas madejas digitales, electrónicas, tecnológicas e invenciones inimaginables, Claudia empezará a elaborar sus famosas mezclas ---sean en blanco y negro o en color---, que ya no han parado de dar la vuelta al mundo por todas las galerías y museos imaginables.
PROVOCADORA DE ENSOÑACIONES
Importante explicar, que Claudia Nierman es
también una artista de la fotografía muy joven y juvenil. Pues es una de sus
tantas mezclas, se imaginó a sí misma con un jardín flotante sobre su cabeza;
y, desde entonces, su bello rostro no ha cesado de publicarse en muchísimos
medios informativos. Luego entonces, a Claudia hay que dejarla ensoñar con los
más sorprendentes y hasta extravagantes recursos y herramientas imaginadas o
por imaginar; porque a cambio de ese estupendo y alegre juego creativo de
movimientos, luces, energías, escenarios congruentes e incongruentes y,
ensortijadas redes de creación, invención, pasión, delicadezas y precisiones
profesionales y sensibles, la fotógrafa ---silencio, genios trabajando---, nos
entregará un arte fotográfico de atmósferas fantásticas. Es decir, un cúmulo de
vivencias mágicas, perfumadas, cosmológicas, luminosas y misteriosas, espléndidamente
cocinadas muy pero muy a la Claudia Nierman.
Una artista, que a manera de aquellos alquimistas, nos está demostrando un
comportamiento “insoportablemente fascinante”, y que está resultando también,
por añadidura, provocador de ensoñaciones, desbordamientos psíquicos y por lo
tanto irresistiblemente adictivo, como bien lo señala y con toda su genialidad,
el muy rara vez satisfecho crítico, David Hauke.
Luego entonces, dejemos pues tranquila a
Claudia Nierman. Dejémosla planificar, imaginar, jugar, pensar, ensoñar,
inventar… Pues solo así, ella nos entregará alquimias, fuegos sagrados,
minotauros, jardines secretos o laberintos fáunicos; reinos en los que sólo ella deambula… y posee
la dorada llave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario