El Derecho Inalienable a la
Libertad Sindical
*** El sindicalismo sigue vigente en México
*** El Estado de Excepción
en el mundo laboral
BLAS A. BUENDÍA *
A estas alturas del siglo XXI en materia laboral, el
Estado de Excepción sigue estando vigente de una manera discrecional pero de
mayor control, donde los sectores obrero y patronal, desde siempre han vivido
en una burbuja de disputas interminables, donde campea el amplio fenómeno de la
corrupción por parte de líderes sindicales que sin escrúpulos, amasan fortunas
incalculables.
Los primeros siempre han buscado sacudirse el yugo de
la explotación que representan los segundos, originando que en México, por
ejemplo, se registren continuamente acciones donde los trabajadores luchan
denodadamente para seguir siendo protegidos por la Constitución en un ambiente
convulso, trastocado por cuestiones políticas moralmente antiéticas.
Teóricos en la materia, la ciencia política —o
politología—, es la ciencia social que estudia la teoría y práctica de la política,
los sistemas y los comportamientos políticos en la sociedad, el objetivo es
establecer, a partir de la observación de hechos de la realidad política,
explicaciones lo más certeras posibles acerca de su funcionamiento.
En el mundo laboral se interactúa con otras ciencias,
destacando el derecho, la economía, la sociología, las relaciones
internacionales, la comunicación, la administración pública, la geografía, la
psicología, la historia y la estadística.
Se emplea una multiplicidad de herramientas
metodológicas propias de las ciencias sociales. Entre los diferentes
acercamientos posibles a la disciplina están el institucionalismo y la teoría
de la elección racional. Históricamente, ha tenido su origen en la filosofía
política, pero es imprescindible distinguirla de ella.
Como se sabe —señala el magistrado civilista Élfego
Bautista Pardo, en su análisis Así es el Derecho— de acuerdo con lo establecido
en el artículo 67 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado
(LFTSE), los sindicatos son las asociaciones de trabajadores que laboran en una
misma dependencia, constituidas para el estudio, mejoramiento y defensa de sus
intereses comunes.
El primer referente de la vida sindical en México es
la asociación de artesanos y obreros de hilados y tejidos, creada en 1872,
antecedente de la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Estados
Unidos Mexicanos, de 1876.
En la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos se reconoce el principio de libertad sindical, que se desprende de
una interpretación sistemática de las fracciones XVI y X, apartados A y B,
respectivamente, de donde deriva que los trabajadores tienen el derecho
inalienable a la libertad sindical, es decir, de constituir organizaciones, los
sindicatos, para la defensa de sus intereses comunes.
Por su parte, la LFTSE, reglamentaria del apartado A
del artículo 123, establece que todos los trabajadores tienen derecho a formar
parte de un sindicato y a constituirlo sin necesidad de autorización previa, o
separarse del mismo, y que a nadie se le puede obligar a formar o no parte de
un sindicato, ni a permanecer en él.
El Jurisconsulto oriundo del estado de Hidalgo y
titular de la Tercera Ponencia de la Quinta Sala Civil del Poder Judicial de la
Ciudad de México, explica también que las directivas sindicales serán elegidas
mediante voto personal, libre, directo y secreto de los afiliados, previa
convocatoria que se emitirá con anticipación no menor de quince días,
difundiéndose entre todos los miembros de la agrupación.
Con la misma anticipación el sindicato debe notificar
la convocatoria al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, el cual podrá
verificar si es correcto el procedimiento de elección por conducto de los
servidores públicos o fedatarios que designe para tal efecto. Las elecciones
serán nulas si no se cumplen estos requisitos. Los trabajadores de confianza no
podrán formar parte de los sindicatos, sin obligaciones y derechos sindicales.
Para que se constituya un sindicato se requiere la
voluntad de mínimo 20 trabajadores de una misma dependencia, y solicitar su
registro en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.
Un caso reciente es el registro otorgado el pasado 28
de marzo por unanimidad de votos del Pleno del Tribunal Federal de Conciliación
y Arbitraje al Sindicato Único de Secretarios Actuarios del Poder Judicial de
la Ciudad de México, constituido el 31 de enero de 2023, mediante asamblea
donde se aprobó el estatuto que regirá su vida sindical y se elogió su comité
ejecutivo nacional, en el que destacan Rafael Dávila Reyes, secretario general;
Gregorio García Romero, secretario de organización; Jessica Jaqueline Valdez
Muñozcano, secretaria de finanzas; Martha Hernández Hernández, secretaria de
actas y acuerdos; Carlos Ramón López Delgado, secretario de Trabajo y
conflictos; Emma Mendoza García, secretaria de vivienda, y Gabriela Juárez
Jiménez, secretaria de prestaciones económicas.
El referido sindicato se integró con 30 trabajadores
del Poder Judicial de la Ciudad de México, ajustándose a lo establecido en los
artículos 67 y 72 de la LFTSE, de ahí que se otorgara su registro, se tuviera
por depositado el Estatuto respectivo y se tomara nota de los integrantes del
comité ejecutivo nacional que actuará del 31 de enero del año en curso al 30 de
enero de 2029. Es indudable que cumplirá su objetivo fundacional: proteger y
mejorar las condiciones laborales de sus agremiados.
La Constitución en la OIT
Los referidos históricos en materia laboral son
infinitos ya que el derecho laboral en México se ha logrado con base de luchas
de miles de personas y de movimientos organizados.
La Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos de 1917 fue la primera en el mundo en incorporar derechos sociales,
como el derecho a huelga, de hecho, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) retomó ese precepto para su conformación en 1919.
En México, cabe reiterar, las relaciones laborales
están reguladas por el artículo 123 de la Constitución y por dos leyes: una que
rige al sector privado, que es la Ley Federal del Trabajo (LFT), y otra para el
sector público, la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado.
El espíritu del Constituyente puntualiza: “Toda
persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil”. Establece la
jornada máxima de ocho horas al día y que nadie debe ganar menos de un salario
mínimo general, entre muchas otras garantías.
Todos esos alcances fueron gracias a varios
movimientos revolucionarios mundiales que dieron pauta a implementar el Día
Internacional de los Trabajadores, que se celebra cada 1º de mayo, recordándose
cuando menos cinco huelgas que fueron cambiando al Planeta.
I.- La revuelta de Haymarket en 1886. Este hecho fue
precisamente el que se conmemora con el Día Internacional del Trabajo, tras el
violento desenlace de una huelga en las fábricas de Chicago, con un saldo de 38
obreros muertos y un centenar de lesionados, cuando uno de ellos arrojó a la
fuerza pública una bomba molotov. Cundió el pánico y las autoridades abrieron fuego
contra la multitud quienes se integraban en el segundo polo industrial de
Estados Unidos. Varios dirigentes sindicales fueron ahorcados un año después
tras un cuestionado proceso judicial. A los obreros que dieron su vida, durante
aquellas protestas se los recuerda como "Los Mártires de Chicago" y,
desde entonces, los sindicatos ganaron terreno en todo el mundo. Sin embargo,
la influencia que llegaron a tener los gremios de obreros en las décadas de
1970 y 1980, comenzó a declinar en los 90’s por influencia del neoliberalismo y
la austeridad.
II.- La semilla de la Revolución rusa en 1905, donde
campesinos y obreros se unieron a la clase media rusa para protestar contra la
opresión del imperio del zar Nicolás II y exigir mejores condiciones laborales.
En las zonas rurales se produjeron tomas de tierras y se creó el sindicato de
agricultores. Las movilizaciones acabaron en violencia cuando el 22 de enero
una marcha pacífica hacia el Palacio de Invierno del zar, en San Petersburgo,
derivó en una sangrienta confrontación con la Guardia Imperial que dejó entre
decenas y centenares de muertos. Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre
la cifra de víctimas fatales, pero sí se refieren a ese hecho como el
"Domingo sangriento". Pero a estas demandas se sumaron las políticas:
“Libertad de expresión, derecho a formar partidos políticos y un Parlamento
elegido por el pueblo”. Uno de los grupos más activos en aquel momento era la
facción bolchevique liderada por el entonces desconocido Vladimir Lenin.
Nicolás II terminó capitulando. El zar permitió el establecimiento de un
Parlamento, pero lo disolvió dos años después, lo que sembró la semilla para la
Revolución de 1917.
III.- En Polonia, Lech Walesa y el movimiento
Solidaridad (1980). Protagonizaron una de las huelgas que cambió el mundo. La
lucha tuvo lugar en Gdansk, Polonia. Comenzó el 14 de agosto de 1980, cuando
unos 17 mil trabajadores tomaron control del astillero Lenin para protestar por
el aumento de los precios de los alimentos, entre otros asuntos. Su líder, Lech
Walesa, logró eludir un intento de arresto por parte de la policía secreta,
trepó la entrada del astillero y se sumó a los obreros que habían ocupado las
instalaciones. Pronto, trabajadores de una veintena de fábricas de la zona se
sumaron a la huelga como un gesto de solidaridad. Más de dos semanas después,
luego de negociaciones con el gobierno comunista de Polonia, Walesa apareció
ante los obreros del astillero y dio un histórico mensaje: "¡Tenemos un
sindicato independiente que se autogobierna! ¡Tenemos el derecho a
huelga!" Walesa y el vice primer ministro Mieczyslaw Jagielski habían
firmado un acuerdo para responder a las principales demandas de los
trabajadores. Fue la primera vez que un gobierno comunista puso en práctica dos
derechos consagrados en las convenciones de la Organización Internacional de
Trabajo: el de organizarse libremente y el de realizar huelgas. "Cumplí
con mi trabajo", espetó Walesa a la prensa internacional para puntualizar:
"Luché contra el comunismo y hoy prevalece la democracia"; y
IV.- En Brasil, en la década de los 70’s, Luiz Inácio
Lula da Silva y los metalúrgicos hicieron historia. Los obreros industriales de
Brasil —la mayor economía de América Latina—, realizaron una serie de huelgas
para reclamar aumentos salariales. Fue la primera vez que los trabajadores se
organizaron a gran escala en el país para desafiar al gobierno militar. Los
sindicatos afirmaban que el régimen había manipulado a la baja las cifras de
inflación y demandaban una actualización de los sueldos. En 1979, más de 170
mil obreros metalúrgicos paralizaron el corazón industrial de Brasil, Sao
Paulo, con enfrentamientos entre las fuerzas armadas y los manifestantes. El
gobierno militar finalmente aceptó ajustar los salarios cada semestre. Las huelgas
fueron protagonizadas por el sindicato de obreros metalúrgicos, cuyo líder era
Luiz Inácio Lula da Silva. Llevaron a la creación del Partido de los
Trabajadores (PT), uno de los principales partidos políticos hoy en día.
Después de postularse varias veces sin éxito, Lula acabaría llegando a la
presidencia de Brasil (2003-2010 y 2022…). Sus iniciativas que lograron reducir
la pobreza en el gigante latinoamericano lo convirtieron en uno de los líderes
más respetados a nivel mundial, pero también su lucha para lograr mayor
equilibro de poder entre los países ricos y emergentes. "Debemos convencer
al mundo de que no hay razón para que América Latina o África no estén
representadas en el Consejo de Seguridad de la ONU", dijo a la prensa
cuando todavía era mandatario en su primera faceta antes de ser encarcelado al
ser imputado por cargos de malversación del erario público y posteriormente
regresar al poder de Brasil; y,
V.- La Huelga de Cananea, un acontecimiento precursor
de la Revolución Mexicana. El 1º. de junio de 1906 sucedió un acontecimiento
que sería uno de los precedentes directos de la Revolución Mexicana. Se trata
de la Huelga de Cananea en Sonora, la cual se convirtió en un símbolo de la
lucha obrera durante el Porfiriato. A inicios del siglo XX, las grandes mineras
de estadounidenses habían decidido instalarse en el norte de México. La
principal razón eran las facilidades otorgadas por el gobierno de Porfirio Díaz
a las empresas, las cuales podían pagar sueldos e intereses más bajos que en
Estados Unidos. Esto provocaba que los empresarios gozaran de grandes
ganancias, mientras que los obreros vivían en condiciones precarias de vida con
nulos derechos laborales. La brecha de desigualdad no pasó desapercibida y se
generaron distintos intentos de levantamiento. Sin embargo, la mano dura del
Porfiriato reprimió todo intento de sublevación, pues se consideraba una
oposición a la paz y el progreso. Pese a ello, con los años la oposición se fue
agrupando en torno al Club Liberal Ponciano Arriaga y a los hermanos Flores
Magón, quienes difundieron sus ideas a través de los diarios El Hijo del
Ahuizote y Regeneración. Aunque la mayoría de los líderes intelectuales y
políticos de la izquierda mexicana se tuvieron que exiliar en Estados Unidos, y
la libertad de prensa fue anulada, los periódicos siguieron difundiendo las
ideas de los hermanos Flores Magón. En 1904 se comenzó a fraguar un
levantamiento armado para transformar el sistema político y económico de
México. Para ello, llegaron Enrique Bermúdez, José López y Antonio de Pío
Araujo a la mina de Cananea, con el fin de activar la huelga y difundir el
ideario magonista. Para hacer propaganda, los “revoltosos magonistas” crearon
el periódico Centenarios. Finalmente, el 1º. de junio de 1906 estalló la Huelga
de Cananea en contra de la minera Cananea Consolidated Copper Company,
propiedad del empresario estadounidense William C. Greene. El pliego petitorio
exigía: Destitución de los capataces; salario mínimo de cinco pesos diarios;
jornadas laborales de ocho horas; participación de los mexicanos en 75% de las
plazas con el objeto de garantizar su acceso a puestos superiores. En 1906, la
minera de Cananea estaba compuesta por 7,560 trabajadores, de los cuales 5,360
eran mexicanos y el resto estadounidenses. Sin embargo, y aunque se tratase del
mismo tipo de puesto, los mexicanos ganaban 3 pesos y los extranjeros 7
dólares. La brecha de desigualdad potenciada con la discriminación hizo que más
de 4,000 mexicanos se levantaran con la intención de lograr la igualdad laboral.
La huelga no tenía antecedentes en la historia de México. Tras iniciarse la
protesta, casi de forma simultánea, los trabajadores estadounidenses tomaron
las armas y dispararon contra los mexicanos. En el acto hubo dos muertos
mexicanos y varios heridos. Los mexicanos respondieron la agresión matando a
varios obreros y capataces estadounidenses, tras lo cual se realizó una
persecución en la que los mexicanos quemaron distintos bienes. Como respuesta,
Greene solicitó ayuda al estado de Arizona, quien envió una patrulla de rangers
a territorio mexicano para proteger la minera y la tienda de raya. En conjunto
con la policía mexicana, los estadounidenses reprimieron a los huelguistas
mexicanos. Para el 3 de junio se declaró ley marcial y se controló la huelga,
también se arrestó a los principales líderes. El saldo de los enfrentamientos
del 1º. y 2 de junio fueron 23 muertos, 22 heridos y 50 personas arrestadas. El
6 de junio se reactivaron con normalidad las actividades en la mina de Cananea,
los trabajadores fueron reprimidos y el pliego petitorio fue negado. Sin
embargo, la Huelga de Cananea fungiría como pionera de una serie de movimientos
populares de lucha por los derechos laborales que se traduciría,
posteriormente, en la Revolución Mexicana.
Engarzado este legado histórico, el mundo sigue enfrentando muchos desafíos en el ámbito laboral, vinculados con la inestabilidad del empleo y la esclavitud, de modo que los gremios revisan continuamente de qué otra forma se organizan y sus formas de protestar contra gobiernos insensibles, para adaptarse a los tiempos que corren en este siglo XXI, que ya es dominado por la inteligencia artificial emanada de la tecnología de punta.
Reportero Free
Lance *
Premio México de
Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
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