lunes, 5 de agosto de 2019


GUARDIA NACIONAL, PIEDRA ANGULAR DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD PÚBLICA: MAG. ÉLFEGO BAUTISTA PARDO

Es común el concepto de que la delincuencia ha rebasado las políticas de seguridad pública
Este año han aumentado homicidios, secuestros, robos a negocios, transeúntes y transportistas

BLAS A. BUENDÍA
Reportero Free Lance
filtrodedatospoliticos@gmail.com

JUAN CARLOS MARTÍNEZ
Editor El Corredor Informátivo
jeancarleon@hotmail.com
“No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue”, comentó el magistrado civilista Élfego Bautista Pardo, en su análisis Así es el Derecho.
El jurista hidalguense tocó uno de los temas más apremiantes que vive actualmente toda la nación, como es la Seguridad Nacional, e indica que en consonancia con el tenor de este refrán, llegó el momento en que pudimos presenciar la puesta en marcha de la Guardia Nacional, que es la piedra angular de la política de seguridad pública del gobierno actual, y ya fue desplegada en los municipios con mayor índice delictivo en la república.
En medio de operativos, esperanzas, críticas, e incluso manifestaciones en contra, el deseo profundo de la mayoría de los ciudadanos de este país es que ese nuevo cuerpo de seguridad signifique la solución a los problemas que son delincuencia, violencia y la percepción de inseguridad que la población tiene día con día.
La realidad es que independientemente de las razones que originaron esa situación, desde años precedentes es común el concepto de que la delincuencia ha rebasado las políticas de seguridad pública, y no se ha superado, según se desprende de la última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública del INEGI, de septiembre del año pasado.
Esa encuesta nos dejó ver que 72 por ciento de las personas mayores de dieciocho años consideraban que existía inseguridad en las entidades federativas en que habitan, y 65.1 por ciento se sentían inseguros en sus ámbitos más próximos, como lo es su municipio, delegación (alcaldías ahora), colonia o localidad; en 35.6 por ciento de los hogares al menos un integrante había sido víctima de delito, y 93.2 por ciento de los ilícitos no fueron denunciados.
Se acentuó el tono gris de ese panorama, pues este año han aumentado homicidios, secuestros, robos a negocios, transeúntes y transportistas, lo que hace ineludible la acción conjunta de autoridades y ciudadanos para poder recuperar la paz y seguridad necesarias para la convivencia social y la permanencia del Estado de Derecho. 
Frente a este gravoso panorama, sigue inalterable el descontento ciudadano con la función más básica del Estado: proporcionar seguridad para el libre desarrollo de las actividades sociales, económicas y culturales en el país.
Se requieren grandes esfuerzos de las autoridades y, sobre todo, compromiso de las personas que integran los cuerpos de seguridad, quienes día con día arriesgan y aun sacrifican su integridad física en busca de la paz persiguiendo los delitos y combatiendo a quienes atentan contra la comunidad, lo que sólo es posible si se cuenta con vocación de servicio, disciplina y consciencia social.
Aunque la Guardia Nacional sea actualmente la base central del combate a la delincuencia, no podemos olvidar a las instituciones que en el pasado encabezaron la lucha por mantener el orden, integradas por ciudadanos comprometidos, capacitados y dispuestos a servir.
Es necesario reconocer a todos los elementos que trabajaron por el país y tomar en consideración que si bien hay elementos de conducta cuestionable, son mucho más numerosos los servidores públicos decididos a sacrificarse por la ciudadanía, por la paz, su familia y el país, a fin de contribuir a la estabilidad y progreso de la nación y el fortalecimiento del Estado. 
Los caídos en esa noble tarea son acreedores a reconocimiento inmarcesible, y quienes la continúan merecen respeto a sus derechos laborales. 
“La seguridad pública es un derecho humano y, como tal, garantizarlo es obligación del Estado; deseamos que la implementación de la Guardia Nacional sea la vía para ello”, concluyó el magistrado Élfego Bautista Pardo, titular de la Quinta Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México

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