EL TÉRMINO “RUPTURA”, DESVIRTUÓ
EL SANO CONCEPTO DE LIBERTAD CREADORA QUE LOS ARTISTAS PLÁSTICOS
TANTO DEFENDIMOS EN LOS SESENTA. PORQUE LO QUE QUERÍAMOS ERA
JUSTAMENTE LO CONTRARIO: INTEGRAR; NO ROMPER O SEPARAR, PRECISÓ
ARNALDO COEN
Arnaldo Coen, dictó amena cátedra
sobre artes plásticas, en la preclausura del diplomado “América
Latina Ayer y hoy”, dejando perfectamente asentado, que el término
“Ruptura”, que estuvo muy mal aplicado, fue una palabra que
desvirtuó las verdaderas intenciones de los artistas plásticos
unificados en los sesenta, ya que aquel movimiento defendía
exactamente lo contrario: La libre expresión del arte y del género
que fuera, pintura, escultura, danza, teatro, música, literatura.
Todo.
Así, dentro del Diplomado América
Latina ayer y hoy, organizado por el Seminario de Cultura Mexicana,
el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe y la
Universidad Nacional Autónoma de México, en Presidente Masarik 526,
en Polanco, Arnaldo Coen, dictó amena cátedra sobre Artes
Plásticas, dentro de la fase de preclausura, del módulo V, dedicado
a Historia y Cultura Mexicana. El famoso artista no sólo contestó
preguntas sobre su propia obra, sino que al abundar sobre el mundo de
la pintura, citó ejemplos históricos, filosóficos, sociológicos y
hasta metafísicos, para centrar la manera como un creador se
intercomunica con su receptor a través de su trabajo autoral; ya que
así, y sólo así, una creación –en este caso la pictórica—se
abre al supremo logro de su resonancia espiritual, con un sentido
integral, vasto y holístico.
En el primer punto de su desarrollo
temático, el internacional artista plástico Arnaldo Coen, señaló
que de lo primero que hablaría sería de Ruptura, que es una
generación a la que él perteneció por razones de etapa y de época,
pero a la cual ni sus compañeros ni él se la adjudicaron para sí
mismos. “Es decir. Que entre nosotros mismos, jamás nos llamamos
“rupturistas”. Entonces, resulta importante entender muy bien
esto, explicó Coen, “porque lo que nosotros queríamos realmente,
era rescatar el arte de una limitación y miopía conceptual”.
El Maestro Coen, habló también de la
difusión, a través de un personaje que fue un museógrafo,
museólogo, especialista de arte y brillante funcionario: Don
Fernando Gamboa. “Él fue una gente, que reconsideró también que
el arte es un acto de libertad. Él se encargó de hacer una serie de
exposiciones conciliatorias, como una muy importante que organizó en
el año 66, en la que reunió a artistas de la mal llamada Ruptura,
junto con la generación anterior que era la del Muralismo. Había
una especie de disociación entre lo que era el arte moderno en ese
momento, y él tuvo la virtud de conjuntarnos y hacer una magna
exposición, con la que se logró que muralistas y defensores de la
libre expresión del arte, comulgáramos en una sola exhibición. Y
bueno, a partir de eso, las nuevas generaciones ya tuvimos las
puertas abiertas a nivel nacional, como el Museo de Arte Moderno y
todos los demás espacios, sumados a los del Extranjero, con
exposiciones que él se llevó a Nigeria, Canadá, Francia, Italia,
Estados Unidos, y en muchos otros eventos, en donde la unidad de
creadores, constituyó la verdadera intención de lograr la
heterodoxia artística.
Dijo que al catálogo de su obra
plástica le había aumentado ya algunas otras imágenes, realizadas
dentro de una trayectoria de más de cuarenta años, en la que se
abrió también a otras expresiones que tuvieron que ver con pinturas
para espectáculos, performance, escenografías y mucho más que se
abrieron también a una gran diversidad visionaria e
interdisciplinaria. Y, que como la imagen de México ante el
extranjero estaba inclinada a la literatura pero también al arte
popular, por ese tiempo el artista planificó también esculturas que
no sólo abarcaron aspectos prehispánicos, sino a la manera como
esta temática se inclinó paulatinamente hacia las formas
contemporáneas. Y a una pregunta en el sentido de cómo saber que
una creación que estamos viendo sustenta o no, la calidad de arte?
Arnaldo Coen señaló: “Para exponer algo tan sustancial,
tendríamos que acudir a la metafísica, a la filosofía, a la
historia, con la cual nos ayuda a poner en claro, que lo primero que
necesitamos es conquistar la libertad tanto del hacedor, como del
receptor. Esto es porque el receptor también es creativo, ya que una
intuición muy profunda dentro de él, lo hace dilucidar si lo que
está observando es, o no es, arte. Luego entonces, cualquier idea
materializada en obra de arte, podrá alcanzar su total plenitud
estética y sensible, cuando se logra cerrar el ciclo creativo entre
el artista y el observador”, aseveró el Maestro Arnaldo Coen.
Arnaldo Coen Ávila, es Miembro
fundador del Salón Independiente (1968). En 1972, participó en la
creación de “Robarte el Arte”, una película que se filmó y
mostró en Documenta 5, Kassel, Alemania. Además de la pintura ha
realizado enviroments, escenografías y vestuarios para obras de
teatro y danza. Fue becado por el gobierno francés en 1967. Ha
realizado una importante cantidad de exposiciones en diferentes
ciudades de expuesto en la Sala Nacional del Palacio de Bellas Artes
y el Museo de Arte Moderno entre otros. Es miembro de número de la
Academia de Bellas Artes y miembro titular del Seminario de Cultura
Mexicana. Sobre su obra han comentado críticos, periodistas,
escritores, entre ellos Octavio Paz quien expresó:
“En la obra de Arnaldo Coen no reina
el vegetal irregular, como en Baudelaire, sino la geometría. Cubos,
esferas, conos, sombras, poliedros. … No un paraíso natural, sino
geométrico. Pero un paraíso invadido como por una liana Funesta por
el deseo. La mujer y su tropa de monstruos encantadores y terribles.
Raquel Tibol ha escrito: “El arte
onírico lo producen quienes tienen la capacidad de soñar
despiertos. En tal sentido y por lo que muestra en su obra, Arnaldo
Coen es un dotado. Como el Bosco, puede inventar criaturas
monstruosas poseídas por pasiones intensamente humanas”.