naturaleza mundial
*** El Magistrado Élfego Bautista Pardo asegura que su acceso es
reconocido como derecho humano en el mundo, y en época de la pandemia de SARS
COV-19, produjo mayor auge, pues lo convirtió en herramienta de comunicación
cotidiana mundial y surgió la reflexión acerca de la importancia de que el
acceso a esa red sea garantizado a cualquier persona sin importar su condición
social y económica.
*** Precisa que la conectividad digital fue de las principales
soluciones para la continuidad de las actividades en el mundo y ayudó a mitigar
los descalabros económicos, de educación, de comunicación y laborales
ocasionados por ese mal universal.
Reportero Free Lance
Cortesía
El Corredor Informativo
-Ana María Longi
Cultura
-Alberto Estévez Arreola
Espectaculos
No
hay vuelta de hoja. La importancia del internet en el siglo XXI, se transformó
– con tan solo un “click” a la distancia como naturaleza mundial-, en una
herramienta tan muy poderosa y muy usada en todo el Planeta Azul, entre la gran
comunidad de adolescentes y adultos.
Pero
la pregunta: ¿Qué significa Internet?
Si
bien debemos recordar que el correo ordinario que se empleaba –y aún todavía-,
para hacer llegar sus mensajes para conquistar distancias, por lógica, la
respuesta vendría siendo: Internet es un conjunto descentralizado de redes de
comunicación interconectadas, lo que hace que se pueda decir que estamos “todos
conectados”, y aparentemente no hay nadie que esté exento de alcanzar una plena
geo comunicación muy insigne.
Pese
a esos extraordinarios alcances, aún existe sistemas de gobierno oclocráticos
que prohíben a sus poblaciones tener el alcance el internet desde los
recónditos sitios en el mundo, pero como dirían nuestros abuelos: “Eso es
harina de otro costal”, aunque las legislaturas de cada gobierno estén o no
acordes a ello, el Internet ahí está y podrá ser utilizado con fines
académicos, de negocios, turísticos, etcétera.
En
este contexto, el prestigiado Magistrado civilista Élfego Bautista Pardo, en su
espacio Así es el Derecho, analiza
esta amalgama de ideas y señala que la reforma constitucional de 10 de junio de
2011, dio mayor amplitud y conocimiento acerca de los derechos humanos, los
cuales inevitablemente deben ajustarse a la evolución sociopolítica que se vive
día con día en un mundo en constante cambio, en el que las de la comunicación
modifican la forma de ser, de pensar y de actuar de las personas en casi todos
los países, sus regiones y sus ciudades.
Y
destaca: El gran poder del avance tecnológico de la información se aprecia en
las múltiples redes sociales y recursos de comunicación que existen vía
internet, los cuales son fuerza para convocar a miles de personas mediante
mensajes. Ante esta realidad fue necesario crear marco jurídico para la
protección de los titulares de los derechos que surgen y así poder regular el
empleo de este fenómeno de la comunicación mundial.
La
pandemia de SARS COV-19 produjo mayor auge al internet, pues lo convirtió en
herramienta de comunicación cotidiana mundial y surgió la reflexión acerca de
la importancia de que el acceso a esa red sea garantizado a cualquier persona
sin importar su condición social y económica, toda vez que la conectividad
digital fue de las principales soluciones para la continuidad de las
actividades en el mundo y ayudó a mitigar los descalabros económicos, de
educación, de comunicación y laborales ocasionados por ese mal universal.
Muchas
de las actividades económicas se trasladaron a las computadoras y teléfonos y
todo quedó a un “click” de distancia. Hoy el incremento y la demanda de
plataformas y herramientas digitales, ha puesto al Internet como uno de los
derechos humanos más visibles, por lo que será necesario el desarrollo de
nuevas regulaciones con el objeto de ampliar su alcance y garantizar su acceso
a toda la población.
Debemos
entender al Internet como conjunto de redes de telecomunicaciones que abarcan a
todo el mundo, interconectadas entre sí, que proporciona diversos servicios de
comunicación mediante protocolos y direccionamiento coordinados
internacionalmente para el enrutamiento y procesamiento de los paquetes de
datos de cada uno de los servicios. Todos estos elementos necesarios para su
funcionamiento lo ponen al alcance de la mayor parte de la población mundial.
El
internet apareció en 1983 y en 2011 fue reconocido como derecho humano gracias
a Frank La Rue, entonces relator especial para la Promoción y Protección del
Derecho a la Libertad de Opinión y Expresión de las Naciones Unidas, quien
señaló que “el acceso universal al ciberespacio (…) debe ser entendido como un
acceso equitativo, a un precio asequible por todos los ciudadanos, tanto a la
infraestructura de la información como a la información y los conocimientos
esenciales para el desarrollo humano, colectivo e individual”.
El
Consejo de Derechos Humanos de ONU, reconoció el acceso al internet como
derecho humano mediante la resolución A/HRC/RES/20/8 de fecha 16 de julio de
2012, señalando que “la naturaleza mundial y abierta de Internet como fuerza
impulsora de la aceleración de los progresos hacia el desarrollo en sus
distintas formas”, y la solicitud a los Estados a que “promuevan y faciliten el
acceso a Internet y la cooperación internacional encaminada al desarrollo de
los medios de comunicación y los servicios de información y comunicación en
todos los países”.
En
México se encuentra consagrado en el artículo 6° Constitucional, que establece
que el Estado garantizará el derecho de acceso a las tecnologías de la
información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y
telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e internet (reforma 11 junio
2013).
Asimismo,
en el artículo 3° constitucional, fracción V, como parte del derecho a la
educación se establece que toda persona tiene derecho a gozar de los beneficios
del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica. El Estado apoyará la
investigación e innovación científica, humanística y tecnológica, y garantizará
el acceso abierto a la información que derive de ella (reforma 15 mayo 2019).
El
internet se ha convertido en herramienta indispensable y de primera necesidad
para la vida cotidiana, de ahí que su evolución llevará a que se encuentre al
alcance de todos, puntualizó el Jurisconsulto nacido en el estado mexicano de
Hidalgo.
Resumiendo,
el mundo ya tiene 1,400 millones de usuarios de internet, y Emiel de Research
Reinvented creó un Atlas sobre la distribución por países, donde se puede
apreciar la brecha digital que de por sí ya es enorme. Mientras en Europa la
penetración es del 47% y en EEUU del 73%, África únicamente cuenta con un 5% y
Asia con un 14%. Pero esas regiones “ahí la llevan”.
Después
del internet, ¿qué otra innovación tecnológica nos tiene preparada la comunidad
científica mundial? ¡El tiempo no los diría, porque Así es el Derecho!
El
magistrado Élfego Bautista Pardo integra la Quinta Sala Civil, Tercera
Ponencia, del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
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