miércoles, 13 de marzo de 2024

Fiscales y MP’s han perdido la mística de combatir el delito

 

Fiscales y MP’s han perdido la mística de combatir el delito

*** La Cuarta Transformación trastocó el estado de Derecho con el fenómeno arcaico de la ¡convivencia lastimosa!
 
BLAS A. BUENDÍA *
 
En tiempos previos a la época del neoliberalismo y de la Cuarta Transformación de la Nación, los agentes del ministerio público y/o fiscales, en defensa de los intereses de México, mantenían una línea protectora de la tradición. Hoy, fiscales y MP’s, y hasta los policías de crucero, han perdido la mística de combatir el crimen organizado, incurriendo en el delito de connivencia que se formaliza en corrupción.
Para la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., el fenómeno de la connivencia surgió con el encubrimiento de delitos de otros, haciendo al encubridor cómplice del hecho punible en cuestión.
De hecho —hablando llana, jurídica y metafóricamente—, “es que el Juez podría considerar a este sujeto como un partícipe de la acción ilícita, recayendo por tanto sobre él la misma pena que se le aplicaría al sujeto activo del delito”.
Al respecto, el prestigiado abogado Alberto Woolrich, con sus amplios y consabidos años de experiencia —ya que pareciera que nació con los libros jurídicos y códigos penales en sus manos—, platica sus andares en los lúgubres pasillos de las entonces procuradurías (hoy fiscalías de justicia), para defender a las personas que caían en chirona.
Es decir, la adjetivación del término de cárcel, como prisión, presidio, penitenciaría, penal, calabozo, mazmorra, correccional, trena, trullo, jaula, gayola, bote, buchaca, cana, peni, tanque, chincha, entre otros muy puntuales en la materia penalística.
Es decir, el derecho penal es el análisis precavido de leyes y una rama del derecho público que regula la potestad punitiva (ius puniendi), cuyo término jurídico regula la actividad criminal dentro de todo Estado.
A mayor abundamiento, el Derecho Penal asocia a la realización de determinadas conductas, llamadas comúnmente delitos, penas y medidas de seguridad como consecuencias jurídicas.
En sí, el Derecho Penal es una agrupación de normas que regulan los tres pilares del debido proceso, con la finalidad principal de la aplicación de las leyes de fondo, o derecho sustancial.​
Cita que aquéllas personalidades que hicieron historia por ser extraordinarios defensores del Derecho, “no podían, ni los obligaban a olvidar todo aquello que constituyera la comisión de un delito, aunque fueran perseguibles de oficio o por querella.
“El lavado de dinero, la corrupción, el enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, narco-política, contra la administración de justicia y un largo etcétera, eran investigados y sancionados, que ineludiblemente todo ello ha cambiado notablemente, para desgracia de la justicia y de la Patria misma.
El penalista Woolrich comenta que la tendencia habitual de los procuradores e impartidores de justicia de proveerla e impartirla se encuentra paralizada. “No quieren contrariar al Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, no quieren separarse de los actos de corrupción que permean a sus instituciones. Hay que proteger la inmundicia. Se niegan a emprender acciones de sanidad, aunque la convivencia con la narco-política delincuencial sea verdaderamente lastimosa para México”, apuntó.
Estableció que un día, durante el neoliberalismo, se inició la corrupción derivada de la narco-política y dado ello, apareció en la antigua Procuraduría General de la República (PGR), una denuncia con demostrativas de responsabilidad, en la que señalaba directamente al funcionario responsable de ello, solicitando urgentemente su investigación por esa conducta deleznable. 
Es urgentísimo indagarlas —en aquél entonces se decía—. También se expresaba que en México se daba inicio a ese execrable fenómeno y tenía que ser investigado inmediatamente para que no se perdiera la espiritualidad de la credibilidad en las instituciones nacionales de procuración e impartición de justicia.
Así como Woolrich y una infinidad de abogados de diferentes ramas del Derecho, coinciden que “la inconsistente reacción de varios procuradores de la era del neoliberalismo, fue irracional”.
—“No hay que preocuparse. Vamos a ver qué se puede hacer para encubrir al delincuente (...) Decían uno, otro y otro procurador general de la Federación. En cualquier caso, que se agreguen las peticiones de justicia al expediente para ser acordadas en el momento procesal adecuado”, presumían con desfachatez.
Woolrich, puntualiza: “Las autoridades del neoliberalismo y de la Cuarta Transformación de la Nación excluyeron aquellos y desestiman éstos esa investigación tan indispensable para la Patria. Hoy todavía se dice que ‘no hay urgencia alguna para ello’, y que México puede vivir conviviendo con la narco-política”.
“¡Qué barbaridad y qué vergüenza banal, de esos exabruptos agentes de poder que se han desalineado y secuestrado el estado de Derecho incorruptible, para perfilarse peligrosamente a favor del narco crimen organizado!
¡Es cuánto!, afirmó el Doctor Alberto Woolrich Ortiz, presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C.
 
Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
filtrodedatospoliticos@gmail.com

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