jueves, 10 de mayo de 2012


GERACHO GARCIA, EXPLICA SU PINTURA, COMO UNA FUSIÓN DE VIAJES, MOVIMIENTOS, CAMBIOS Y TRANSFORMACIONES. “ESTO ES QUIZÁ PORQUE ENTENDÍ QUE NADA ES PARA SIEMPRE, Y QUE DENTRO DE NUESTRA NAVE TERRESTRE Y DENTRO DE TODA LA TRANSPORTACIÓN GALÁCTICA DE LA QUE SOMOS TOTALIDAD Y UNIDADSOMOS QUIZÁ TAMBIÉN VIAJANTES INFINITOS

Por Ana María Longi, reportera de guardia de El Corredor Informativo

Geracho García, es un muy joven pintor sui géneris. Pues sus paisajes no permanecen jamás estáticos. Las hojas de los árboles parecen transportarse sensualmente por las frescas camas del viento que las arrancaron de sus hogares arbóreos. Los colores que bañan sus cuadros, se asemejan a esos arcoíris de lluvia y sol, que igualmente se comportan huidizos y nos dejan con hambre de presencia; no obstante Geracho cree que su pintura muestra también la totalidad del momento y la plenitud de la vida, “ya que mi pintura y yo  –expresa el artista--, estamos profundamente hermanados con el silencio, lo efímero y lo intrascendente, pero también con los cambios y las dinámicas alboradas de la existencia, que representan al final el conocimiento y por ende el crecimiento espiritual de todo ser viviente”
Geracho, ¿Cómo fue que entendiste este oculto secreto de la Naturaleza?
“Mi respuesta es tan sencilla como complicada. Yo efectivamente he visitado junglas y jardines;  macetas o espacios infinitos de rocas y arena. Y mientras he contemplado estas latitudes, he comprendido de la misma manera, que el imparable viaje de la naturaleza me nutría, pero me mostraba a la vez los valores intrínsecos del tiempo y de la vida. Pues si el tiempo se detuviese, nos detendríamos nosotros también junto con él. Y que sin embargo, al continuar su viaje por el infinito, el tiempo nos entrega al mismo tiempo sus constantes renacimientos de  vidas y muertes. Quizá lo más valioso, Ana María, fue eso, el que la Naturaleza me ha mostrado desde lo más ínfimo hasta lo más grandioso, el valioso tesoro del tiempo. Un tesoro que debe ser uno de nuestros más portentosos compañeros de viaje, porque mediante él, nos vamos conociendo a nosotros mismos, viviendo e intercambiando aventuras, y transformando nuestras ideas en realidades, que al final, igualmente, debemos dejar escapar, para alcanzar las fibras más sutiles de la próxima realidad del gran enjambre viajero.
“Mi pintura es viaje y tiempo Ana María, porque mientras los pájaros y los grillos se reúnen en sus distintos foros para entregarnos un concierto, el botón se transforma en rosa y el gusano oculto en la piedra ya creció en una diezmilésima de segundo. Yo también soy así Ana María. Suelo vivir intensa y profundamente cada instante de mi vida. Por ello quizá, he hecho de mi pintura el más importante cómplice de mis realidades circundantes. Por eso quizá, la luz, en mis cuadros, juegan también con las vibraciones y los atardeceres; quizá por eso, el agua se comporta como nutriente eterno de los vergeles solitarios, y las aves, como sabias representantes de las imparables enseñanzas del Creador máximo, Dios”.
Geracho, en alguna oportunidad, amigos pintores, me explicaron que para dedicarse de pleno al arte de pintar, se requiere el valor de un paracaidista en su primera demostración. Y que el chiste de todo eso, era el de demostrar una gran confianza en el nada confiable proyecto de crear cuadros tomando como base las más diversas herramientas. Y yo te pregunto: ¿Cómo fue esa primera experiencia en la que decidiste tirarte de lleno al oscuro abismo de la pintura?  ¿Y cómo fue que después de todo, has logrado salir ileso y sin ningún hueso roto?
“Creo que la primera confianza que tuve, fue o es en Dios, para poderme lanzar al vacío. Creo que esto ocurrió una noche, en mi Estudio; cuando, por primera vez, tomé la parte de un mango de martillo y empecé a combinarlo e introducirlo en la pintura, para, posteriormente, plasmarlo en el lienzo. Esa noche, descubrí, que había en mí, un potencial o un don, para poder plasmar en mis lienzos mi obra.  Podría decirse que la personas que actuaron como mis “Couch”, fueron mi esposa y mis hijas. Ya que ellas, han estado conmigo en toda esta aventura, en la cual navegamos los cuatro. Y así, cada día, poder sacar lo que tengo muy dentro de mí, y plasmar esos colores naturales con ritmos sinceros y con mucha vida.
 “Por lo pronto, se vislumbra el montaje de una exposición en una cafetería, en la colonia Nápoles, situada entre Georgia y Pensilvania. En ella voy a exponer 12 cuadros de amplio formato, y todos ellos son parecidos porque contienen luz, vida, y movimiento. Cuadros como “Nebulosas”, “Hades”, y “Planetas”, fueron creados por mí, con ese concepto constante que experimento al pintar y que tiene que ver con los viajes y las impermanencias. Por esto mismo, lo que yo he logrado entender o captar del valor del tiempo, ya lo siento cada vez más mío. Porque sé y siento que mi esfuerzo está dando medidas aunque sea pequeñas pero que no dejan de crecer. De esto también lo he aprendido de la naturaleza. Basta una semilla, luz y agua, para encontrar una demostración de vida. Yo estoy dándome por entero a mi trabajo pictórico, y sé que las respuestas están llegando de manera automática como esos viajes que se planean todos los días de la tierra a las estrellas o de las estrellas a la inmensidad. Yo ya he plantado mi semilla, y los frutos lo constituyen mi propia confianza y seguridad, de que las puertas del Universo se me abrirán y que tanto mi obra como yo, recibiremos todas las fuentes luminosas que necesitamos”.
 ¿Eres autodidacta completo?
 “Sí, Ana María, tengo el gusto, el placer, el valor intrínseco, de ser un autodidacta completo. Porque sólo dentro de mí, encontraré las auténticas fuentes del conocimiento pictórico. Yo lo único que tengo que hacer con todos los grandes maestros del mundo en materia pictórica, es aprender de ellos a través de mis ojos y de mi admiración imperecedera; pues sé que muchísimos de ellos, encontraron sus propias fuentes de luz, y sus muy particulares iluminaciones interiores. Por esta razón, nada me detendrá, ya que yo poseo mis propias herramientas para transportarme a todas los rincones del conocimiento pictórico, y estas herramientas son, simplemente, yo mismo”.

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