lunes, 13 de junio de 2011

Homenaje por mortem literaria

DESDE LA CÚPULA DEL SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA, CUATRO PERSONALIDADES OPINARON SOBRE CARLOS MONTEMAYOR. EL COREÓGRAFO GUILLERMO ARRIAGA, LA PICTO-FOTÓGRAFA CLAUDIA NIERMAN, LA MURALISTA MEXICANA RINA LAZO Y EL HISTORIADOR CARLOS GIORDANO SÁNCHEZ-VERÍN.

Exclusiva para El Corredor Informativo

Agencia Noticiosa Internacional.- Desde la cúpula del Seminario de Cultura Mexicana, cuatro personalidades interdisciplinarias de la histórica institución colegiada, opinaron sobre la reciente desaparición del entrañable escritor mexicano, Carlos Montemayor. Ellos fueron el coreógrafo Guillermo Arriaga, el historiador Carlos Giordano Sánchez Verín, la fotógrafa Claudia Nierman y la muralista Rina Lazo.

Guillermo Arriaga: “La relación mía con Carlos fue al principio de los años ochenta. Entre él, la coreógrafa y bailarina Patricia Aulestia y yo, conformamos el Premio Nacional de Coreografía. Yo atendía entonces el FONAPAS y Carlos Montemayor la UAM Campus Distrito Federal. Fue una aventura interesante, ya que tratar con Carlos Montemayor, era como penetrar a un mundo luminoso, enriquecido y perfecto. El Maestro veía las problemáticas sociales con enorme profundidad sensible, y no sólo las explicaba de manera hermosa sino que las escribía en forma magistral e incluso las convertía en poesía y canto. Carlos era un enamorado de nuestra cultura y legado prehispánico. Y yo que soy otro de manera incorregible, coincidíamos siempre en ideales y realizaciones creativas. Fue un amigo especial del que siempre me sentiré muy orgulloso y al que jamás dejaré de extrañar y respetar de manera entrañable.

Me siento triste. Muy triste por su partida, pues, el año pasado, tuve el gusto de darle la bienvenida en el Seminario de Cultura Mexicana, institución atendida por nuestro Presidente Nacional Arturo Azuela. Otra persona que igualmente estoy extrañando es a Leonora Carrington, quien una vez me armó una escenografía maravillosa para una de mis puestas coreográficas. Aprecio igualmente muchísimo a su hijo Pablo. Y bueno, regresando a Carlos, se fue siendo bastante menor que yo. No obstante su vida será siempre muy trascendente para nosotros, porque mucho nos aportó, y vivía deseando lo mejor para el México que tanto amó.

El reconocido historiador mexicano Carlos Giordano Sánchez Verín, expuso que hablar de Carlos Montemayor “es hacer mención de un referente a un personaje polifacético de México contemporáneo. Mucho se puede decir de él y de su abundante obra. Destacó como escritor, ensayista, poeta, traductor, activista y hasta como tenor a lo largo de sus 60 años de vida, periodo en el que recibió importantes premios como el Premio Xavier Villaurrutia en 1971 o el Premio Nacional de Lingüística y Literatura en 2009.

Si bien nació en la ciudad de Hidalgo del Parral, Chihuahua, migró a la ciudad de México donde estudió la licenciatura en derecho y la maestría en letras iberoamericanas, ambas en la UNAM. Precisamente fue que en esas épocas que desarrolló el gusto por las letras y por la música, así como por la docencia, lo que realizó hasta 1974 en la UAM Azcapotzalco

Su obra escrita es abundante. Colaboró como articulista en diversas revistas y periódicos y escribió diversos libros, entre ellos el que, según él fue su mejor obra: Guerra en el paraíso, además de otros con temas indigenistas como Tarahumara, o novelas que rompieron con la tradicional novela lineal.

Fue reconocido como activista y luchador social y también escribió al respecto, destacando el ensayo que tituló La rebelión indígena de México.

En el año de 1984 fue elegido como Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua. También lo fue de la Asociación de Escritores de lenguas Indígenas y Miembro del Seminario de Cultura Mexicana.

Claudia Nierman, internacional fotógrafa-pictógrafa, exaltó: “Mi trabajo de fotógrafa, diseñadora y picto-fotógrafa, que es un término raro que están empleando algunos críticos sobre el trabajo compositivo que suelo realizar, parece o pareciera, que estuviera alejado, siglos luz, de la sensibilidad de un escritor, un indigenista, un cantante de ópera, un poeta y un luchador social tan importante como el Maestro Carlos Montemayor. Pero no. No es ni será jamás así. Porque cuando uno siente la armonía sensible, la vibración y la energía de un gran humanista del lenguaje, de las Letras, de la palabra, de la música, de la filosofía y de la justicia social como era Don Carlos, uno sabe, de antemano, que nuestra creación, como representante de una generación más reciente, se encuentra perfectamente respaldada. Personas como el Maestro Carlos Montemayor, constituyen el impacto social más positivo y enriquecido que nuestra creatividad pueda sentir y disfrutar, porque se trata de una fuerza verdadera, absoluta, firme y eterna, con la que contamos siempre. Y no sólo para los artistas, diría yo, sino para nuestro país, para nuestra idiosincrasia y nuestra historia. El trabajo de Carlos Montemayor, es luminoso, porque es formativo, sólido y nos alcanza a todos.

Rina Lazo, única representante mujer del muralismo latinoamericano en el mundo, asentó: “Carlos Montemayor, promovió la difusión de la literatura en Lenguas Indígenas y coordinó con varios intelectuales la edición de un diccionario en Lengua Náhuatl. Por otra parte, era un gran erudito en Letras Clásicas, también lo era en lo que debe saber todo ciudadano mexicano para defenderse de los excesos del poder. Hace falta un reconocimiento pleno de su personalidad como luchador por la Democracia en México ya que en su último trabajo y en toda su brillante trayectoria, se esforzó siempre para que se reconociera la participación de la mujer en las luchas libertarias y sociales y las mencionó con nombre y apellido”.

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