viernes, 12 de octubre de 2012

Honoris causa

LLUVIA DE HOMENAJES EN DISTRITO FEDERAL, REPÚBLICA MEXICANA, E.U., SUDAMÉRICA Y EUROPA, PARA EL ESCRITOR ARTURO AZUELA, (1938-2012). EL MÁS RECIENTE EN LA CAPILLA ALFONSINA

Agencia Periodística Internacional.- México D.F.- En diferentes foros del Distrito Federal como El Palacio de Bellas Artes y Capilla Alfonsina, así como en los más importantes y concurridos centros culturales del Distrito Federal, República Mexicana, Estados Unidos, Sudamérica y Europa, se ha venido exaltando la figura del gran escritor mexicano Arturo Azuela (1938-2012); ex Presidente del Seminario de Cultura Mexicana, Institución que cuenta en la actualidad con 76 Corresponsalías en las altitudes arriba mencionadas. El más reciente homenaje, se celebró el 3 de octubre de 2012, a las 19:00 horas, en la Capilla Alfonsina, de Benjamín Hill 122, colonia Condesa, Ciudad de México, a partir de su deceso ocurrido el 7 de junio pasado.
Con la participación de familiares y numerosos amigos del escritor mexicano, Angelina Muñiz-Huberman, Alicia Reyes, Salvador Azuela y el chelista Carlos Prieto, el público escuchó las opiniones que sobre el Doctor Arturo Azuela se vertieron. La escritora Silvia Molina, Miembro Titular del Seminario de Cultura Mexicana, y moderadora de la Mesa, cedió la palabra al licenciado Salvador Azuela, hermano del narrador, ensayista, periodista, académico, matemático, historiador y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Zaragoza.
Salvador Azuela, al comentar algunas anécdotas familiares, explicó que en la niñez, los   hermanos Azuela, cinco en total, acostumbraban culpar de “los platos rotos”, a Arturo,   quien en cierta ocasión, al encontrarse de vacaciones, y habiéndose roto una valiosa pieza de la casa, la costumbre de señalarlo como culpable, no dio el menor resultado; “por lo cual todos fuimos merecidamente castigados”, comentó con una sonrisa y entre muchos otros recuerdos, Don Salvador Azuela”.
Angelina Muñiz-Huberman, al participar en el homenaje, dijo que su vida con el Doctor Azuela, fue muy cercana, puesto que se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Y que hubo tal acercamiento amistoso, que la hija del escritor contrajo matrimonio con uno de sus hijos. De esta manera la familia creció y ambos tuvieron la oportunidad de disfrutar a sus nietos. Por otra parte, la literata y filósofa aludió que Arturo y ella coincidieron en el Tema de El exilio de la República Española, ya que eran parte del grupo que se llamaban a sí mismos hispano-mexicanos. Y que antes de que Azuela fuese director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, tuvo la idea, “de comenzar un proyecto de investigación sobre los escritores, poetas y filósofos del exilio español y fuimos llamados por Luis Rius y José de la Colina, entre otros. Por diferentes razones el proyecto no prosperó; pero ahí quedó de manifiesto su interés por reconocer su filiación hispana y el mérito y aportaciones de todo el exilio.
Expuso finalmente la investigadora, que el libro de Azuela “Estuche para dos violines” (1994), surge a partir de una anécdota que ella compartió con el autor y que hace referencia a uno de sus familiares Bronislaw Huberman, famoso violinista polaco: “A él le pareció muy interesante, razón por la que continuó la investigación para poder escribir la novela. Una combinación de pasiones entre la escritura y la música que Arturo Azuela poseía”.
La directora de la Capilla Alfonsina, Alicia Reyes, señaló que ella se convirtió en una gran admiradora del talento de Arturo Azuela. Pues su desempeño intelectual resultaba asombroso. Especialmente cuando fui constatando los frutos del Doctor Azuela como Narrador, ensayista, periodista y académico. Ya que también aparte de matemático e historiador, obtuvo la maestría en Ciencias e Historia, así como el doctorado en Historia en la UNAM. Cursó Maestría y Doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de Zaragoza.
Fue director de la Casa del Lago y de la Revista Universidad de México, editor de la nueva época de La Vida Literaria; director de Literatura y subdirector general del INBA; director de la Facultad de F y L de la UNAM, presidente de la Asociación de Escritores de México, Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, de 2001 al 2007; consultor internacional y director del Fondo de Cultura Económica en España. Catedrático en más de una docena de importantes Universidades del mundo como Berkeley, la Sorbona, Montpelllier, Notre Dame y Harvard. Fue Miembro Titular y Presidente Nacional del Seminario de Cultura Mexicana, y miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua; observó la escritora Alicia Reyes, luego de mencionar todas las novelas, ensayos y narrativas, que lograron importantes premiaciones y el éxito de su última investigación sociológica novelizada: “Desde Xaulín. Historia de la Ruta de Goya.
Carlos Prieto, violonchelista, promotor cultural, Miembro Titular del Seminario de Cultura Mexicana y Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua; dijo por su parte que siempre le impresionó la vasta cultura de Arturo Azuela. “Era matemático, estudió música, un gran escritor y un hombre muy culto. Y algo que me llamó poderosamente la atención, era el vigor y optimismo que lo sostuvieron en los últimos meses, ya que no cesaba de emprender nuevos proyecto a pesar de que su estado de salud era muy delicado”, expuso el músico mexicano.
Entre las grandes figuras de la cultura mexicana que han externado su opinión en torno a Arturo Azuela como Joaquín Diez-Canedo, Jaime Labastida Ochoa, Ruy Pérez Tamayo, Víctor Sandoval de León y María Teresa Uriarte, está el arqueólogo y antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien explicó que conoció a Arturo Azuela hace muchos años, que juntos estuvieron en el Seminario de Cultura Mexicana, mismo que presidió hasta el momento de su muerte.“Fue incansable y siempre impulsó proyectos culturales, entre los que destacan los editoriales, como la nueva revista del Seminario, ya publicada y con un nuevo formato y concepto”, aseveró el gran impulsor y director del Templo Mayor.         
Comentó el Maestro J. Armando Estrada Parra, cercanamente instalado con los familiares y amigos del escritor, como Rodrigo y Thamara Azuela, sus hermanas y el comentarista Ricardo Raphael, entre otros;  que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y el Instituto Nacional de Bellas Artes,  en colaboración con el Seminario de Cultura Mexicana, le ofrecieron un homenaje en septiembre de 2011, en la Capilla Alfonsina, luego que el maestro recibiera importantes distinciones de diversas instituciones como el Doctorado Magna Cum Laude, de la Universidad de Zaragoza, España; el Premio Internacional de Narrativa Histórica del Ateneo de Jovellanos de Gijón; la Medalla Valentín Gómez Farías, máxima presea otorgada por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y el Diploma de Maestro Distinguido, mismo que le fue entregado por la Rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; y que la presencia de distinguidos representantes de la Embajada de España en México, junto con los de instituciones de Puebla y del Distrito Federal, en tan señalada ocasión, resultó altamente significativa.
El Maestro Estrada Parra, dijo que se insiste frecuentemente, de que el mayor homenaje que el pueblo de México debe hacerle a sus escritores, es leerlos. “Pues no olvidemos que Arturo Azuela, obtuvo reconocimientos muy importantes, como el Premio Xavier Villaurrutia (1974) por El tamaño del infierno; el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero (1978) por Manifestación de silencios; la Presea Mariano Azuela 1989 por su obra literaria y educativa que otorga el Cabildo Municipal de lagos de Moreno, Jalisco; el Calendario Azteca 1987 de la AMPRyT por su programa de radio “Los Escritores Hoy”, el Premio iberoamericano de Narrativa Científica 1994, España; la Presea Nabor Carrillo 1994; el Premio Carlos V de Bélgica 1994; Académico Distinguido 1998 del Instituto de Cooperación Científica Alemana, con sede en la Universidad de Tubingen, Alemania; Premio José Revueltas 1998. Premio Internacional Estro Armónico España 1999, otorgado por la Fundación Rafael Alberti y Editart. Medalla Luis de Camoes 2002 por Extravíos y maravillas.

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