FELIPE LEAL FERNÁNDEZ, PUBLICÓ SU LIBRO “ESPACIO PÚBLICO, CIUDAD DE MÉXICO 2009-2012” , EN EL QUE EL GRAN ESTUDIOSO DEL DESARROLLO
URBANO, EXPLICA PASO A PASO, CÓMO APLICÓ CRITERIOS ARQUITECTÓNICOS Y DE
EMBELLECIMIENTO, A MONUMENTOS HISTÓRICOS, CALLES, CALLECITAS, AVENIDAS,
JARDINES, CENTROS PEATONALES, AZOTEAS VERDES Y JOYAS TRADICIONALES EN MÁS DE 3
AÑOS DE EMPEÑOSO Y ENTREGADO TRABAJO PROFESIONAL
México, D.F.- Con la valiosa Presentación del Ex Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, el arquitecto Felipe
Leal Fernández, Maestro en Arquitectura, en la UNAM y uno de los más reconocidos estudiosos del
desarrollo urbano, presentó, recientemente un hermoso libro ilustrado con
numerosas y artísticas fotografías; en las cuales el joven urbanista, Miembro
Titular—desde 2009--, del Seminario de Cultura Mexicana; explica paso a paso, qué tipo de criterios
aplicó, para lograr un embellecimiento esmerado, respetuoso y pleno a calles,
callecitas, avenidas, parques, jardines, centros peatonales, azoteas (que él
transformó en esmeraldas aéreas); y desde luego monumentos escultóricos,
palacios y joyas tradicionales de
nuestra Ciudad Capital, en más de 3 años de empeñoso y entregado trabajo
profesional.
En charla abierta con el arquitecto Felipe
Leal, dio a conocer a El Corredor Informativo, esa poderosa gama experimental
en materia artística que el Maestro posee para aplicarla justamente a su
trabajo arquitectónico. Felipe Leal, por ejemplo, ha sido profesor invitado en
las principales universidades de Norteamérica, América Latina y Europa. Su obra
se enfoca, principalmente, al renglón cultural, educativo y doméstico, la cual
ha sido reconocida con 12 premios en diversas bienales y certámenes, destacando
entre ellos los estudios para los artistas visuales Vicente Rojo, Magali Lara,
Carlos Aguirre, Pedro Mayer y de los literatos José María Pérez Gay, Ángeles
Mastreta, Alejandro Rossi, Néstor García Canclini, Alberto Ruy Sánchez y
Gabriel García Márquez.
Asimismo, ha realizado obras de carácter
urbano como la renovación del Paseo de la Reforma , la cual estuvo bajo su coordinación; de
reciente realización son los auditorios para la Academia Mexicana
de Ciencias en el D.F., y la Unidad
Académica Cultural de la UNAM en Morelia, Michoacán. Ha recibido los
premios Mario Pani y Ricardo Robina a la Difusión de la Arquitectura por el
Colegio de Arquitectos y la
Federación de Colegios Arquitectos de México. Luego de una
variadísima aplicación profesional cuajada en huellas de su inconfundible
estilo en Ciudad Universitaria; fue miembro del Sistema Nacional de Creadores
del FONCA, del 2005 a
2008. Es también miembro de la Academia
Nacional de Arquitectura y del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, así como
del Consejo Rector del Bosque de Chapultepec. Agregándose a todo ello, que
desde hace 14 años, conduce el programa radiofónico semanal “La arquitectura en
el espacio y en el tiempo”, en Radio UNAM, que se transmite los martes por el
96.1 de F.M.
EN LA
CALLE
Para hablar del concepto “Calle”, Felipe Leal,
se remonta a las apreciaciones ejemplares que hace 40 años practicaba Bernard
Rudofsky, uno de los pioneros, de la recuperación de los espacios públicos y la
arquitectura de las ciudades actuales. “Él
vaticinaba en su libro Streets for People, la muerte de las ciudades de estilo
norteamericano, pues habían terminado por deshumanizar a sus habitantes. Se
habían convertido argumentaba en espacios de segregación donde las calles,
antes que unir, separaban y sólo servían para transitarlas a bordo del
automóvil. No eran para la gente. En un ambiente así, la urbanidad, que es
producto de la experiencia personal inmediata, no tenía cabida. A los
arquitectos y urbanistas sólo les quedaba simular soluciones que no eran más
que prácticas discretas de eutanasia urbana”.
-¿Y qué ocurrió después?
-“Nada especial, porque desafortunadamente,
este modelo de desarrollo se popularizó. El zoning, o la planeación, fue
aceptado durante años sin cuestionarlo; fue ampliamente difundido en ciudades
como la nuestra, las cuales crecieron vertiginosamente desde mediados del siglo
pasado haciendo diferenciaciones a veces artificiales, cuando no decretando
zonificaciones falsas, equívocas o lejanas a nuestra tradición. Aquel compacto
núcleo de origen colonial que se había desarrollado hacia una periferia extensa
y despersonalizada, que apostó por la modernización económica por medio de una
rápida industrialización basada en la llamada “sustitución de importaciones”.
Se procuró ordenar y dirigir el desarrollo de la ciudad confinando en
determinadas geografías las diferentes actividades como si éstas pudieran
llevarse a cabo desvinculadas unas de otras. La pretendida asepsia con que se
trató el problema, dio como resultado desequilibrios sociales dentro de la urbe
acentuando otras desigualdades, principalmente regionales, entre sus
habitantes.
“NADA”.
Concluyendo con su magnífico análisis, Felipe
Leal Fernández, recalcó que tal y como ocurrió con las urbes norteamericanas,
las calles intimistas de nuestra ciudad fueron eclipsadas por largas avenidas
cuyo recorrido a pie resulta imposible: el ciudadano-peatón, cedió su lugar al
cansado y distraído excursionista motorizado que hoy invierte varias horas para
llegar de su casa a sus labores cotidianas, bien si es a su trabajo o la
escuela. El espacio para el “flaner”, el andariego gozoso y atento, fue
reduciéndose.
No obstante el arquitecto Leal abre su charla
a la reconstrucción: “Pero el entorno económico que creó ese tipo de ciudad
zonificada de acuerdo con las actividades industriales, ha cambiado en los
últimos lustros. La manera en que el país se relaciona actualmente con el mundo
es distinta, y ello se ha reflejado en un reordenamiento de los polos
económicos en todo el país. En esta nueva economía, la ciudad de México ha
dejado de ser el núcleo fabril de hace pocas décadas. Hoy, la metrópoli está
volcada hacia la prestación de servicios de la más diversa índole, exige una
forma diferente de vincularse entre sus partes tanto física como social e
incluso simbólicamente.
¿CÓMO VIVIMOS
AHORA?
Luego de disfrutar el hermoso ejemplar de
“Espacio Público Ciudad de México 2009 – 2012-;
el arquitecto Felipe Leal, nos entrega una definición más, de un tema
tan apasionante como infinito: ¿Cómo vivimos ahora? Le preguntamos.
“De manera paralela, durante los últimos años,
quienes habitamos la ciudad hemos logrado avances en la democratización de la
misma. No solamente en cuanto a la elección de sus representantes, sino en
cuanto a su población que ahora es una de las más abiertas, plurales y
participativas del país. Dichos avances obligan, necesariamente, a un nuevo
tipo de interacciones sociales, demandando espacios apropiados para compartir.
“A pesar de estas transformaciones –observa
Felipe Leal con su manera de ser sensible, sencilla y mucho muy afable con la
reportera—el desarrollo urbano no ha logrado acompasarse del todo a los nuevos
tiempos, pues perviven aún la zonificación anterior y la normatividad que la
hizo posible. De ahí parte nuestra aspiración firme de activar la ciudad, no
sólo para responder hoy, sino para orientar el desarrollo hacia un novedoso
modelo urbano y construir hacia un futuro cercano, ya que las estructuras
sociales evolucionan, las sociedades cambian, y para ellas debemos proyectar”.
NO PUEDE CRECER MÁS
“La ciudad de México ya no puede crecer más
allá de los límites geográficos a los que ha llegado. De los cerca de veinte millones
de habitantes actuales de la Zona
Metropolitana del Valle de México, nueve somos residentes del
Distrito Federal y recibimos diariamente cerca de 4.5 millones de personas que
vienen a trabajar o estudiar en ella. La buena noticia es que el crecimiento
demográfico ha disminuido drásticamente en los últimos años. Eso quiere decir
que la población se ha estabilizado y hace posible planificar con mayor
certeza, lo cual permite que las acciones no se enfoquen tanto en la cantidad,
sino en la calidad; es posible fijar un límite al crecimiento físico de la
urbe. El suelo de conservación es hoy un tesoro, sobre todo ahora que las
ciudades periféricas son más eficientes”, afirmó el distinguido especialista en
arquitectura humanística.
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