miércoles, 23 de enero de 2013

Literatura

FELIPE LEAL FERNÁNDEZ, PUBLICÓ SU LIBRO  “ESPACIO PÚBLICO, CIUDAD DE MÉXICO 2009-2012”EN EL QUE EL GRAN ESTUDIOSO DEL DESARROLLO URBANO, EXPLICA PASO A PASO, CÓMO APLICÓ CRITERIOS ARQUITECTÓNICOS Y DE EMBELLECIMIENTO, A MONUMENTOS HISTÓRICOS, CALLES, CALLECITAS, AVENIDAS, JARDINES, CENTROS PEATONALES, AZOTEAS VERDES Y JOYAS TRADICIONALES EN MÁS DE 3 AÑOS DE EMPEÑOSO Y ENTREGADO TRABAJO PROFESIONAL

México, D.F.- Con la valiosa Presentación del Ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, el arquitecto Felipe Leal Fernández, Maestro en Arquitectura, en la UNAM y uno de los más reconocidos estudiosos del desarrollo urbano, presentó, recientemente un hermoso libro ilustrado con numerosas y artísticas fotografías; en las cuales el joven urbanista, Miembro Titular—desde 2009--, del Seminario de Cultura Mexicana;  explica paso a paso, qué tipo de criterios aplicó, para lograr un embellecimiento esmerado, respetuoso y pleno a calles, callecitas, avenidas, parques, jardines, centros peatonales, azoteas (que él transformó en esmeraldas aéreas); y desde luego monumentos escultóricos, palacios y  joyas tradicionales de nuestra Ciudad Capital, en más de 3 años de empeñoso y entregado trabajo profesional.
En charla abierta con el arquitecto Felipe Leal, dio a conocer a El Corredor Informativo, esa poderosa gama experimental en materia artística que el Maestro posee para aplicarla justamente a su trabajo arquitectónico. Felipe Leal, por ejemplo, ha sido profesor invitado en las principales universidades de Norteamérica, América Latina y Europa. Su obra se enfoca, principalmente, al renglón cultural, educativo y doméstico, la cual ha sido reconocida con 12 premios en diversas bienales y certámenes, destacando entre ellos los estudios para los artistas visuales Vicente Rojo, Magali Lara, Carlos Aguirre, Pedro Mayer y de los literatos José María Pérez Gay, Ángeles Mastreta, Alejandro Rossi, Néstor García Canclini, Alberto Ruy Sánchez y Gabriel García Márquez.
Asimismo, ha realizado obras de carácter urbano como la renovación del Paseo de la Reforma, la cual estuvo bajo su coordinación; de reciente realización son los auditorios para la Academia Mexicana de Ciencias en el D.F., y la Unidad Académica Cultural de la UNAM en Morelia, Michoacán. Ha recibido los premios Mario Pani y Ricardo Robina a la Difusión de la Arquitectura por el Colegio de Arquitectos y la Federación de Colegios Arquitectos de México. Luego de una variadísima aplicación profesional cuajada en huellas de su inconfundible estilo en Ciudad Universitaria; fue miembro del Sistema Nacional de Creadores del FONCA, del 2005 a 2008. Es también miembro de la Academia Nacional de Arquitectura y del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, así como del Consejo Rector del Bosque de Chapultepec. Agregándose a todo ello, que desde hace 14 años, conduce el programa radiofónico semanal “La arquitectura en el espacio y en el tiempo”, en Radio UNAM, que se transmite los martes por el 96.1 de F.M.
FELIPE LEAL Y SU VIDA
EN LA CALLE
Para hablar del concepto “Calle”, Felipe Leal, se remonta a las apreciaciones ejemplares que hace 40 años practicaba Bernard Rudofsky, uno de los pioneros, de la recuperación de los espacios públicos y la arquitectura de las ciudades actuales.  “Él vaticinaba en su libro Streets for People, la muerte de las ciudades de estilo norteamericano, pues habían terminado por deshumanizar a sus habitantes. Se habían convertido argumentaba en espacios de segregación donde las calles, antes que unir, separaban y sólo servían para transitarlas a bordo del automóvil. No eran para la gente. En un ambiente así, la urbanidad, que es producto de la experiencia personal inmediata, no tenía cabida. A los arquitectos y urbanistas sólo les quedaba simular soluciones que no eran más que prácticas discretas de eutanasia urbana”.
-¿Y qué ocurrió después?
-“Nada especial, porque desafortunadamente, este modelo de desarrollo se popularizó. El zoning, o la planeación, fue aceptado durante años sin cuestionarlo; fue ampliamente difundido en ciudades como la nuestra, las cuales crecieron vertiginosamente desde mediados del siglo pasado haciendo diferenciaciones a veces artificiales, cuando no decretando zonificaciones falsas, equívocas o lejanas a nuestra tradición. Aquel compacto núcleo de origen colonial que se había desarrollado hacia una periferia extensa y despersonalizada, que apostó por la modernización económica por medio de una rápida industrialización basada en la llamada “sustitución de importaciones”. Se procuró ordenar y dirigir el desarrollo de la ciudad confinando en determinadas geografías las diferentes actividades como si éstas pudieran llevarse a cabo desvinculadas unas de otras. La pretendida asepsia con que se trató el problema, dio como resultado desequilibrios sociales dentro de la urbe acentuando otras desigualdades, principalmente regionales, entre sus habitantes.
PARA LOS PEATONES
“NADA”.
Concluyendo con su magnífico análisis, Felipe Leal Fernández, recalcó que tal y como ocurrió con las urbes norteamericanas, las calles intimistas de nuestra ciudad fueron eclipsadas por largas avenidas cuyo recorrido a pie resulta imposible: el ciudadano-peatón, cedió su lugar al cansado y distraído excursionista motorizado que hoy invierte varias horas para llegar de su casa a sus labores cotidianas, bien si es a su trabajo o la escuela. El espacio para el “flaner”, el andariego gozoso y atento, fue reduciéndose.
No obstante el arquitecto Leal abre su charla a la reconstrucción: “Pero el entorno económico que creó ese tipo de ciudad zonificada de acuerdo con las actividades industriales, ha cambiado en los últimos lustros. La manera en que el país se relaciona actualmente con el mundo es distinta, y ello se ha reflejado en un reordenamiento de los polos económicos en todo el país. En esta nueva economía, la ciudad de México ha dejado de ser el núcleo fabril de hace pocas décadas. Hoy, la metrópoli está volcada hacia la prestación de servicios de la más diversa índole, exige una forma diferente de vincularse entre sus partes tanto física como social e incluso simbólicamente.
¿CÓMO VIVIMOS
AHORA?
Luego de disfrutar el hermoso ejemplar de “Espacio Público Ciudad de México 2009 – 2012-;  el arquitecto Felipe Leal, nos entrega una definición más, de un tema tan apasionante como infinito: ¿Cómo vivimos ahora? Le preguntamos.
“De manera paralela, durante los últimos años, quienes habitamos la ciudad hemos logrado avances en la democratización de la misma. No solamente en cuanto a la elección de sus representantes, sino en cuanto a su población que ahora es una de las más abiertas, plurales y participativas del país. Dichos avances obligan, necesariamente, a un nuevo tipo de interacciones sociales, demandando espacios apropiados para compartir.
“A pesar de estas transformaciones –observa Felipe Leal con su manera de ser sensible, sencilla y mucho muy afable con la reportera—el desarrollo urbano no ha logrado acompasarse del todo a los nuevos tiempos, pues perviven aún la zonificación anterior y la normatividad que la hizo posible. De ahí parte nuestra aspiración firme de activar la ciudad, no sólo para responder hoy, sino para orientar el desarrollo hacia un novedoso modelo urbano y construir hacia un futuro cercano, ya que las estructuras sociales evolucionan, las sociedades cambian, y para ellas debemos proyectar”.
LA CIUDAD DE MÉXICO YA
NO PUEDE CRECER MÁS
“La ciudad de México ya no puede crecer más allá de los límites geográficos a los que ha llegado. De los cerca de veinte millones de habitantes actuales de la Zona Metropolitana del Valle de México, nueve somos residentes del Distrito Federal y recibimos diariamente cerca de 4.5 millones de personas que vienen a trabajar o estudiar en ella. La buena noticia es que el crecimiento demográfico ha disminuido drásticamente en los últimos años. Eso quiere decir que la población se ha estabilizado y hace posible planificar con mayor certeza, lo cual permite que las acciones no se enfoquen tanto en la cantidad, sino en la calidad; es posible fijar un límite al crecimiento físico de la urbe. El suelo de conservación es hoy un tesoro, sobre todo ahora que las ciudades periféricas son más eficientes”, afirmó el distinguido especialista en arquitectura humanística.  

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