Crónica anunciada de "una muerte lenta en el IMSS”
*** Casos de la vida real: IMSS lanza su nueva novela…
*** Derechohabientes no reciben un trato digno de galenos patanes
*** Muestran gestos faciales desagradables, jetones, que la
mayoría de los doctores hacen quizás sin saber que en un delito o conscientes e
inconscientes sin imaginar que forman parte de sicológicos desprecios, actos
aberrantes sancionados por la misma ley
BLAS A. BUENDÍA *
“Crónica anunciada de una muerte lenta” —y no son los tacos de
suadero en la vía pública—, el asunto es peor, las diversas violaciones a los
derechos humanos que se ven a diario en los tratos a los derechohabientes por
parte de doctores verdes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que
en muchas ocasiones creen ser los verdaderos dueños de la institución, cuando
en la vida real solo son funcionarios que en ciencias de la medicina, se
apartan del Juramente Hipocrático.
De nueva cuenta, Juan Carlos Martínez Nava, periodista y promotor
especializado en materia cultural, “ya es víctima favorita” de esos matasanos
al vivir los sistémicos abusos de autoridad, esto, a través de gestos faciales
desagradables, getones, que la mayoría de los doctores hacen quizás sin saber
que en un delito o conscientes e inconscientes sin imaginar que forman parte de
sicológicos desprecios, por ende, jamás dejarán ser actos aberrantes
sancionados por la misma ley.
El también Doctor en Derecho Juan Carlos Martínez Nava, detalló
que los funcionarios del Seguro Social, tienen la completa y ética obligación
de tratar a los derechohabientes con respeto y dignidad. Los gestos de
desprecio o maltrato hacia los que pagan por sus servicios a través de sus
cuotas hacendarias, se encuadran en la honestidad, su arduo sudor en la frente,
prácticamente pasan a segundo plano.
La Ley del IMSS establece en su artículo tercero, los funcionarios
deben de tratar a los derechohabientes con respeto y dignidad. El reglamento
interno de la misma ley, establece en el artículo 12 que los funcionarios deben
cumplir con las siguientes normas de conducta:
—Proponer información clara y precisa sobre los servicios y
beneficios del IMSS.
—Atender las solicitudes y quejas de los derechohabientes de
manera oportuna y eficiente.
Es importante, dijo el periodista Juan Carlos Martínez Nava
—destacado comunicólogo mexicano reconocido por el Senado de la República y
Comunicadores por la Unidad (CxU) 2016—, que esos actos conllevan a una severa
amonestación, suspensión temporal de las actividades de malos funcionarios, su
destitución si el gravoso caso lo amerita, la inhabilitación para ocupar cargos
públicos, al grado de enfrentar toda demanda en materia civil y penal.
Además, señaló que ha visto que muchas ocasiones no se presentan
quejas ante la Unidad de Atención a los Derechos del IMSS o la Comisión de
Derechos Humanos de la Ciudad de México, por miedo pues existe incertidumbre
que en cualquier momento puedan vengarse quitándoles sus derechos o cancelar
hasta sus pensiones o jubilaciones en un plan propiamente ejecutado por el
crimen organizado.
Esta situación se repite de nueva cuenta en el Hospital General
Regional 2 Villa Coapa, en la Unidad de Traumatología y Ortopedia. Precisó que
la cita que tenía para el 20 de noviembre del presente año, a las 14:00 horas,
en la especialidad de columna vertebral con el doctor Enrique Iván “M”, fue un
calvario, ya que lo primero que cuestiona el galeno son los días de incapacidad
que tiene hasta el momento de ordenar que saque los días, y en un momento más
recibirá la respuesta.
El médico se ve a leguas carente de sensibilidad y experiencia
para tratar a las personas, tal vez cansado de tratar pacientes por su corta
edad, quizás también cansado de atender a tantos pacientes.
Pero esta situación hacer ver a los pacientes como presuntos
mentirosos y farsante, una mirada afilada, solicita los estudios, estudios que
costaron muchas horas de tiempo y esfuerzo por parte de verdaderos
profesionales; sin embargo, enojado, argumenta no contar con equipo para ver
DVD o CD, ordenando se realicen de nueva cuenta, como todo un “gran jefe
sentado”, sin tomar en consideración que hay más de 700 pacientes diarios para
ser atendidos de diversos traumas hasta con fractura expuesta.
El maltrato se basa, continúa diciendo el comunicólogo, “camine
hacia la pared y regrese” (del consultorio). El paciente hace lo que se le
ordenan, citando finalmente, “listo”.
El doctor, notablemente incómodo, regaña al paciente argumentando:
“¡No se siente, no le he dicho que se siente, camine!”.
“¿Camino con bastón o sin bastón?”, le pregunta el galeno, quien
se veía irritado, sin cortesía, viéndose obligado asumir actitudes de un
auténtico patán: “¡Como guste!”, respondió con denuedo.
El paciente, bajo esa incertidumbre generada por el matasanos, le
inquiere: “¿Rápido o lento?”. Enojado, se voltea, y continúa escribiendo, el
desdén se hace presente.
Para confundir más al paciente, le indica: “Vaya a tomarse una
nueva radiografía, regresa y me avisa cuando regrese”.
El paciente, extrañado y en un juego de palabras, pregunta: “¿Toco
la puerta, abro la puerta o abro la puerta y aviso?”, por lo que “el verde
doctor”, responde irónico: “¡Como guste!”.
Después de varios minutos y haber sacado los RX, el paciente
regresa al consultorio, toca, entra y avisa que ya sacaron las radiografías de
la columna, sin haber respuesta. Pasa otro paciente, luego otro y otro,
finalmente el paciente iluminati es atendido por el doctor incómodo.
El doctor con muchos problemas con el sistema dice, “ya tenemos
los resultados de la radiografía”. Estipula que no hay fractura, que se
encuentra bien el paciente, (como interpretando “ya se le van a quitar las
incapacidades”).
De forma inquietante, el paciente detalla que se le debe atender
con las atenuantes del Estado de Derecho.
Narra que después de la caída que sufrió el 16 de febrero del
presente año, no puede caminar, porque le duele mucho la pierna izquierda,
porque la cadera siente que tiene fractura tal como se aprecia en las
radiografías que mandó hacer el doctor Carmelo “N”, del hospital general zona
30.
Al descortés hombre de la bata blanca, se le comentó: “Porque
cuando camino, subo o bajo escaleras me duela la pierna y la columna; que no
puede estar parado mucho tiempo y que no puede estar sentado”.
De forma inverosímil, el presunto médico, en un diálogo irónico,
se salió por la tangente, casi con sentido burlón: “Sí están desviadas varias
vértebras y por ende la columna, que tiene desgaste, pero nada de qué
preocuparse” (glup).
No conforme, el erudito hace esperar a varios pacientes
estipulando que “el sistema no funciona”. Después de varias horas de espera,
ordena a los pacientes que en día de mañana pasen por los resultados.
El médico se enoja con los pacientes porque le cuestionan:
“¿Mañana?”
“¿Cómo quiere que regrese mañana? Nuestros domicilios están lejos
y venimos en trasporte público”, se le respondió airadamente.
De nueva cuenta, el “medicucho”, de forma dictatorial y frunciendo
el ceño, ordena que “tienen que venir mañana o el viernes. No hay más”.
Luego de describir estos relatos que podían ser útiles a un
productor cinematográfico y titular una nueva obra, “Crónica anunciada de una
muerte lenta en el IMSS”, es evidente que hay instrucciones para dejar en
estado de indefensión, lo más pronto posible, al derechohabiente en virtud que
lo más importante son los recursos económicos más que la salud y la dignidad de
los usuarios.
Despojar de las incapacidades a cada enfermo es fundamental para
las esferas más altas de la institución, o así lo hacen ver.
Esto, a través de argumentos y actos lesivos e hirientes, violando
los derechos de los trabajadores de manera omisa o por acción, por igual,
podrían ser constitutivos como delitos para ser denunciados ante autoridades
judiciales, independientemente de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico
(CONAMED), que tiene la amplia facultad de hasta cancelar las células
profesionales de esos matasanos que solo ocupan un consultorio dentro del IMSS,
“para ganarse la chuleta, hacer tiempo para promover sus futuras jubilaciones”,
por lo viejo y mañosos que ya están...
De qué sirve presumir que los hospitales del IMSS son las
instalaciones de salud que brindan atención médica a los derechohabientes del
Instituto Mexicano del Seguro Social, si la atención de los médicos es inaudita.
Sin embargo, el IMSS cuenta con más de seis mil unidades de
medicina familiar, 350 hospitales de segundo nivel y 36 hospitales de alta
especialidad, su infraestructura es basta, pero la atención del personal médico
y administrativo, han dejado mucho qué desear desde hace años.
Existe un refrán muy cierto, “no vayas al IMSS porque de Seguro
sales con los pies por delante…”
Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
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