jueves, 7 de septiembre de 2023

El quebranto social de un oclócrata mentecato


 

El Quebranto Social de un Oclócrata Mentecato

 
*** Urge restaurar el orden jurídico de México
**** No todo está perdido, el perdido es Andrés
 
BLAS A. BUENDÍA *
 
…Ni es apología de ninguna especie, y mucho menos que se trate de ejercer la violencia política de género, sino todo lo que se observa es una triste realidad que ha impactado en el tejido social de México…
En este México de finales de la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador, no todo se encuentra perdido, existe un remedio.
Se trata, aunque usted distinguido lector no lo crea, es la severa y celosa aplicación de los preceptos, a cabalidad, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Porque… jamás hay que perder de vista que nuestra Suprema Ley es un medio y un fin. Su objetivo y su espíritu es velar siempre por la integridad y moralidad de nuestra Patria.
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., con este proemio, afirma que “la Suprema Carta de Carranza, desde su nacimiento, fue instituida para que existiera orden y seguridad en la sociedad, con una convivencia en sana paz, para que el México de abajo (no el de Andrés Manuel) arribe a su destino de gloria”.
El actual Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos —apunta—no solo soslayó la letra y contenido del Pacto Federal sino más bien, se dedicó a infringirlo, desdeñarlo y violentarlo.
Si bien las diversas esferas del poder político han avizorado que la actual administración pública federal ha transformado a México en una República Bananera porque el presidente Andrés continuamente demuestra su “talento” de ser un oclócrata con rancios desplates comunistoides, también se puede descifra que el costeñito de Tabasco emanó del fenómeno de la kakistocracia hasta convertirse en un títere-lidercillo de la misma.
Absolutamente todos los abogados es conocido que Lex Semper Loquitur (la ley siempre habla), para lo cual —subraya— “todos, en ello estamos de acuerdo, sabemos que siempre debe de hablar el Derecho, ya que es con lo que se busca y obtiene Justicia; lo que resultaría realmente posible si con las acciones y presencia de toda  la abogacía se exigiera la justicia  que México requiere”.
Lo apremiante de este desgobierno es jugar con la ironía y la desvalorización de la inteligencia de millones de mexicanos, es decir, el anocrático Andrés se enfrenta a la completa degradación que, para el tristemente célebre líder de la 4T, “no existe ni la Constitución, ni la Justicia, ni la Dignidad, ni la Congruencia, ni la Decencia y mucho menos el amor por México”, más aún es indignante que presuma de su arrogante oscurantismo socialista: “A mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
En este contexto de ideas, la citada Academia advierte: “México no es un país de corrupción y narco-política, ello es patrimonio propio de una caterva de gobernantes, de ex funcionarios, de políticos, de autoridades, de ciertos jueces y de indignos”.
A ellos —continuó— hay que señalarlos, exhibirlos, acusarlos, juzgarlos, repudiarlos, encarcelarlos, lo cual implica tener que enfrentarlos con el verdadero espíritu de nuestra Constitución, ver más allá de un deseo de descubrir al narco-político primigenio para quitarle esa máscara de supuesta honorabilidad.
“Nuestra Nación ya no tiene que ver tan a la ligera a la narco-política, a esa delincuencia de poder; ni como un patrimonio de los políticos actuales y anteriores, ni como un fenómeno social que se tiene que aguantar, encubrir y padecer. Lo que se requiere es subsanar estos seis años del mal gobierno, toda vez que urge que México reponga su orden jurídico para castigar a los malandrines que ya dejaron de ser hasta simpáticos...
“No es admisible pensar o creer que en México todo se encuentra perdido. En nuestra Nación hay, desde luego, un Derecho escrito en la Carta de Carranza que sanciona las diversas modalidades de connivencias políticas obscuras y juegos inescrupulosos de intereses perversos para obtener el voto en las próximas elecciones.
“El ideal de México no es inalcanzable, exijamos la aplicación del Derecho que trasciende para alcanzar esa luz de Justicia que se requiere. En México no todo está perdido, el perdido es sólo Andrés Manuel López Obrador y su confusa Cuarta Transformación de la Nación que no ha querido encarcelar a esos narco-políticos que tanto daño nos han causado”, remarcó.
En tanto que el pueblo mexicano no defina la división de poderes a través del voto popular, dejando a un lado el anacrónico sueño de elevar hasta la séptima potencia al Jefe del Ejecutivo, delimitando todo el poder, la Nación seguirá cayendo en el hoyanco de la anarquía y la impunidad.
“¡Es cuanto!”, apuntó finalmente la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., que preside el Jurista Alberto Woolrich Ortiz.
 
Condenado al desprecio
En el entorno político se rememora al otro dictador identificado como “El Héroe del Dos de Abril”, el “Benemérito de la Patria”, otrora homenajeado y reconocido por las naciones del mundo, tras gobernar a su pueblo por más de treinta años: Porfirio Díaz Mori.
Andrés Manuel López Obrador terminará en el baúl de los amargos recuerdos y en el basurero de la historia, transformado a sus casi 70 años, como un anciano con un cúmulo de arrugas, canas y recuerdos rancios, condenado al desprecio de su pueblo al que ha corrompido sistémicamente y ofendido con singular impunidad, gracias a su embestidura como abusivo Jefe del Ejecutivo federal.
Andrés Manuel López Obrador, el “General de la República”, terminará empantanado por dolencias que arropa la vida, penado a ser un villano y un tirano, que las próximas generaciones lo observarán como una estatua ruin en el Altar a la Patria, inmutable y de motivos crueles.
Andrés Manuel López Obrador terminará con el avance del “Dios tiempo”, para que el mosaico social lo aborrezca por las heridas que abrió y desapareció a millones —según cifras negras—; a un México que cuando se le necesitó para sanar las finanzas públicas, todavía más dejó las arcas vacías, acción no solo igual a la de otros gobernantes, sino superar hasta quienes han ocupado las Mafia del Poder neoliberal.
A Andrés Manuel López Obrador se le escapó el destino, olvidó que el poder y la autoridad no los confiere una Banda Presidencial, sino al pueblo, sí, a ese pueblo que conllevó a los confines de los denuestos y sus mentiras, introduciendo la República de Pejelandia.
Andrés Manuel López Obrador terminará riéndose solo, en un solar dedicado a los enfermos dementes, pero con el famado recuerdo que manipuló a más de 30 millones de mexicanos, quienes cuán marionetas, estuvieron pendientes de las expresiones que salían de sus cuerdas guturales como navajas filosas contra sus enemigos políticos.
Pero ahora a Andrés Manuel López Obrador, emulando a Don Porfirio Díaz, el “General de la República”, le tocará el turno de ocupar ese puesto de la agonía sin poder, olvidado por muchos, y repudiado por millones, dando culminación a esa falsa idolatría corrompida con el Sistema del Bienestar.
Andrés Manuel López Obrador, “El General Terco”, hizo explotar el “fusil de la ficción y la denostación”, que con el tiempo, será criticado con dureza, deshonrado, ofendido, calumniado, injuriado, agraviado y vilipendiado.
Pese a ello, la Patria reclamará a todo ese ejército de amanuenses que fueron simuladores, pervirtiendo sus plumas por unas cuantas monedas, porque ante todo, hay que considerar que “nada vuelve cuando las aguas del tiempo arrasan con todo. El famoso AMLO, algún día de estos, dormirá profundamente sin despertar jamás”.
 
Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
filtrodedatospoliticos@gmail.com
 

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