martes, 17 de mayo de 2016

Columna

·  El pronunciamiento de Barbosa, fue dirigido a la cúpula del PRD y a Graco Ramírez
·  El único candidato presidencial para el PRD es Miguel Ángel Mancera, advirtió el senador
·  El gobernador de Morelos no es garantía en sufragios para el Sol Azteca
·  La decisión está en la dirigencia perredista y en el propio Jefe de Gobierno de la CDMX
·  El PRD, el cadáver viviente

VICENTE MORENO APARICIO

No cabe duda que la cúpula amarilla no acepta la realidad que vive el PRD. 
Los senadores Miguel Barbosa Huerta al igual que Armando Ríos Piter presienten el fin del sol azteca, a menos que el independiente Miguel Ángel Mancera Espinosa sea postulado candidato a la Presidencia de la República.
El re-destape de Mancera Espinosa lanzado por esos dos legisladores lleva consigo dos mensajes dirigidos tanto a la cúpula y sus seguidores perredistas, como al aspirante convenenciero Graco Ramírez, gobernador de Morelos.

Las palabras de Barbosa Huerta tienen mucho de verdad al decir que la mejor carta es Mancera, “es el único que puede ser candidato por el Sol Azteca”.
Graco Ramírez jamás lograría gran cantidad de votos, e incluso ni los morelenses votarían por él, debido al mal gobierno que hasta ahora administra.
Obviamente, Miguel Mancera tiene frente a él dos opciones: analizar el re-destape pronunciado por los legisladores, el cual al parecer no es muy aceptable por la cúpula perredistas y muchos menos por ciertas corrientes y tribus o en sus defecto ir por la libre, en forma independiente.
El poblano Barbosa Huerta sabe lo que dice y esto se refleja con la realidad que vive el PRD, al cual ya se le considera un cadáver viviente y una prueba de ello fue el rechazo del electorado en las pasadas elecciones en la ciudad de México y más aún, el agandalle realizado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal –ALDF-, donde sin ser mayoría los perredistas se apoderaron del inmueble, la Presidencia de la Comisión  y las respectivas comisiones, dejando a Morena, la verdadera mayoría sin nada.
Miguel Barbosa no hablaría del tema presidencial si no tuviera bases para sustentar lo que ahora expone. Claro, si volteamos hacia el pasado, al  2012, el PRD, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo lograron los votos necesarios para permanecer con registro en el escenario político. Esto, fue gracias al fenómeno electoral que ha sido Andrés Manuel López Obrador, quien obtuvo 16 millones de sufragios. Hoy AMLO ya no pertenece al PRD, cuenta con su propio partido llamado Morena.
Barbosa sabe muy bien que todo aquel obstáculo que quieran ponerle a AMLO para que no llegue a la Presidencia de la República es infructuoso, y prueba de ello es el pacto acordado por el PRI, PAN Y PRD para descarrillar a Morena. Esto, a López Obrador, lo ha fortalecido.
El legislador, quien es coordinador de la bancada perredista en el Senado, ha manifestado su preocupación por el PRD, el cual desde los sucesos sangrientos de los 43 estudiantes normalistas ha recibido el rechazo de los electores y el éxodo de distinguidos militantes hacia Morena, pero ahora por las alianzas con el PAN, el abandono se ha acrecentado. El agua y el aceite no se mezclan.
En una plática con los senadores perredistas Barbosa habló de lógicas al decir que al caer el imperio  priista, llegó el panismo al poder, pero en sus dos administraciones únicamente mostró además de incapacidad para gobernar, alto grado de corrupción, ríos de sangre y muerte.
Regresó el “nuevo” PRI pero con las mismas mañas fraudulentas y actos de corrupción del viejo PRI: apostar al hambre del pueblo y comprar el voto con dinero, despensas y tarjetas de crédito. Hoy esta desacreditado, sin credibilidad y acusado de corrupto a nivel internacional. Esto producirá el voto de castigo…
Barbosa tiene mucha razón al decir que la oportunidad está abierta para Morena y López Obrador ya se perfila como triunfador.
Graco Ramírez no tiene nada que pueda garantizar como candidato votos para el PRD y en éste instituto político no se vislumbra otro aspirante mejor posicionado que Miguel Ángel Mancera. Aunque muchos afirman que Juan Ramón de la Fuente podría ser el abanderado de los perredistas…
Es de reconocer que el doctor Miguel Ángel Mancera, de alguna forma ha caído su popularidad, pero nadie puede negar que miles de capitalinos se han beneficiado con los programas establecidos por su gobierno.
El doctor Mancera ha logrado incrementar su popularidad con mucho trabajo. Ha llegado a estar en diez eventos al día para dialogar y anunciar logros obtenidos para los capitalinos. Sin embargo, la contaminación ambiental y las estrategias llevadas a cabo para disminuirla lo han hundido. A nadie le gusta dejar su automóvil y utilizar el Metro o la micro…
Todos los mexicanos carecemos de una educación vial y, ante esto, sabemos que como conductores vehiculares no respetamos ni los altos, muchos menos a los peatones. Todos queremos llegar primero y por estos son los continuos accidentes y las concebidas muertes.
A tal situación, Mancera recurrió a la creación de un nuevo Reglamento de Tránsito, y esto no ha sido del agrado de miles de capitalinos y de nueva cuenta por poner orden y  que los conductores hagan conciencia de su responsabilidad, el índice de popularidad se vino abajo.
Mancera reconoce que hay mucho por hacer por la ciudad de México y sus habitantes y ha abierto el abanico para pedir los incrementos salariales, tener médico en su casa, una Consejería legal inteligente que proyecta los cambios necesarios y la legalidad que dé certidumbre e identidad tanto en la escrituración, en los testamentos y en las actas de nacimiento y ahora en torno a la Constitución Política de la CDMX.
Pero la lucha de Mancera es incansable. Lo mismo acude a darse baños de pueblo como exigir a la SEP, UNAM, IPN, UAM, etcétera, que incremente el número de ingresos a los planteles educativos para que no existan más estudiantes rechazados.
En fin, hay que reconocer que Mancera no ha vuelto a repetir que quiere ser Presidente de México, pero sí su anhelo es intentarlo, está en su derecho. Pero lo que si es cierto, es que Barbosa tiene mucha razón de preocuparse por el PRD, el cadáver viviente, que posiblemente en la elección de 2018 no logre los votos suficientes ni para gobernar la CDMX. 

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