La Peligrosa Chachalaca de Palacio Nacional
*** Por carecer del conocimiento jurídico, ¡extraordinario jalón de orejas al Presidente!; ¿Olvido o negligencia?
*** No ha logrado la satisfacción y necesidades de seguridad que México requiere
*** Su política de “abrazos y besos a la delincuencia” es una sandez; nunca cumplió con los sagrados preceptos del 86 constitucional
BLAS A. BUENDÍA
Los ateneos como la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., le aplicaron un metafórico jalón de orejas al Presidente de la República por su baja consistencia en el acervo cultura jurídico que prevalece como un ente de gobernabilidad para todo el país.
Advierte que Andrés Manuel López Obrador jamás debería de haber olvidado que uno de los fines fundamentales que debe de realizar cualquier Estado es asegurar el interés general, mantener constantemente un clima propicio para el desarrollo social y disponer de los medios indispensables para lograr la satisfacción de las necesidades de seguridad que México requiere.
Su negligencia, desmemoria, omisión o postergación de ello ha dejado a nuestra Nación expuesta a todos los peligros. Su política de “abrazos y besos a la delincuencia” es una sandez.
La desmemoria del Poder Ejecutivo Federal le impidió asumir sus responsabilidades públicas y políticas que por ley le competían. Es sabido en derecho que para tener una existencia plena en los elementos básicos que conllevan a la satisfacción del interés general que exige la Nación, la seguridad es primordial.
Comencemos por ofrecer una explicación previa de lo que no entiende nuestro Presidente Constitucional, en el tema de seguridad en términos generales, apoyando nuestro criterio en doctrinas jurídicas sobre el particular.
Nuestro régimen de seguridad está constituido por un conjunto de facultades coactivas que tiene el poder público, para vigilar y limitar la acción de la delincuencia. Para ilustración de los omisos, a la delincuencia se le debe y tiene que combatir con los deberes y obligaciones que impone la ley.
Ante ello nos encontramos en un presupuesto jurídico político que debe de ser considerado y no relegado al olvido.
Los deberes del Poder Ejecutivo Federal, el cual a través de sus órganos, tiene a su cargo la protección de la sociedad mexicana, debe de velar por que las actividades delincuenciales no lesionen, no atenten contra los derechos sociales de la comunidad nacional.
La contradicción entre la política de “abrazos y besos a la delincuencia” y nuestra Carta Magna nace al no querer el Poder Ejecutivo causarle molestias, investigaciones, perjuicios a la narco-política, conllevando a la negativa de cumplir y a acatar sus obligaciones constitucionales.
El Colegio Nacional de Abogados Foro de México, insiste en hacerle saber al presidente ello, explicándolo en los siguientes términos:
La seguridad pública se refiere al orden y tranquilidad que debe de imperar en los Estados Unidos Mexicanos, evitando perturbaciones sociales incoadas por la delincuencia que alteren la vida cotidiana de la Nación.
¿Esa mente olvidada por el poder, llegará a entender ello?
“¡Es cuanto!”, concluye el análisis político-jurídico de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C, que preside el prestigiado jurisconsulto Alberto Woolrich Ortiz.
De hecho, el Ejecutivo no ha cumplido cabalmente con el juramento que pronunció en la faraónica ceremonia del Congreso de la Unión, cuando asumió la Presidencia de México, conforme al artículo 86 constitucional.
“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la nación me lo demande”.
Pues bien, ni uno ni lo otro, sino todo lo contario —recordando a un sofista político de la década de los 70’s—, sino más bien, el Presidente Constitucional actual que posee oscuras tendencial socialcomunistoides, se despojó de la vestimenta que debió portar como un efectivo Estadista, configurándose en una peligrosa chachalaca, émulo de auténtico “verdulero” del mercado más nocivo del Centro Histórico, desde donde grita y gesticula como un Joker (Guasón, protagonizado por Joaquín Phoenix), denostando a sus opositores, generando la crispación social de toda la Nación.
Aunado a lo anterior, en redes sociales —de manera inhumana— condenaron las bazofias declaraciones del dictador Miguel Díaz Canel, quien en un intento de confundir a las generaciones de mexicanos, anunciara: “”Estamos trabajando junto al presidente López Obrador para bajo el protectorado de #Cuba y la implementación del socialismo del siglo XXI, convertir a #México en un sub Estado próspero, de elevado nivel de vida, educación y salud como lo hemos hecho con Venezuela en estos 20 años”.
Cada loco con sus artificios y arrogantes despropósitos, porque con el que tenemos en México, es más que suficiente. “¡No más terrorismo verbal!”, acentúan los contras del kakistocrático Andrés Manuel López Obrador, promotor del narco-comunismo en América Latina.
Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
filtrodedatospoliticos@gmail.com
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